19 de diciembre de 2018

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Es hermoso lo que el Papa Francisco nos dice en su audiencia de hoy miércoles, próximo ya a la celebración de la Navidad. Y digo que es hermoso porque no hay nada más grande que darse en amor por los demás. Porque, cuando te das experimentas un gozo y una paz interior que no se encuentra en ninguna otra acción o cosa que puedas hacer. Porque darse es estar disponible y abierto a vivir la Navidad cada día con un corazón dado, disponible y atento a ver donde puedes aliviar el dolor de los más necesitados y pobre.

Navidad es el esfuerzo de cada día por acoger aquí en la tierra, como nos dice el Papa Francisco, la Voluntad del Padre y estar abierto a vivirla y cumplirla. Fue lo que hizo María y José, a pesar de las dificultades de su misión. Preguntémonos: ¿estamos nosotros también abiertos y dispuestos a ponernos en Manos del Señor para, en Él, hacer su Voluntad?





PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 19 de diciembre de 2018




Queridos hermanos:

Dentro de seis días celebraremos la Navidad, y podríamos preguntarnos: ¿Cómo es esa fiesta que a Dios le gustaría que celebráramos? El Evangelio nos habla de las sorpresas y cambios de vida que trajo consigo aquella primera Navidad de la historia. Cómo la llegada de Dios cambió de manera radical los planes de María y José. Y la sorpresa más grande llega en la noche de Navidad, cuando el Altísimo aparece como un niño pequeño, reconocido solo por unos sencillos pastores.

Navidad significa acoger en la tierra las sorpresas del Cielo y celebrar a un Dios que revoluciona nuestras lógicas humanas. Vivir la Navidad es entender que la vida no se programa sino que se da, que no podemos vivir para nosotros mismos sino para Dios, que descendió hasta nosotros para ayudarnos.

Procuremos no mundanizar la Navidad, ni convertirla en una bonita fiesta tradicional pero centrada en nosotros y no en Jesús. Celebraremos la Navidad si sabemos dedicar tiempo al silencio, como hizo José; si le decimos a Dios “aquí estoy”, como María; si salimos de nosotros mismos para ir al encuentro de Jesús, como los pastores; si no nos dejamos cegar por el brillo de luces artificiales, de regalos y comidas, y en cambio ayudamos a alguien que pasa necesidad, porque Dios se hizo pobre en Navidad.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española  provenientes de España y América Latina. Le pedimos a la Virgen María que nos ayude a contemplar en silencio el misterio del Nacimiento de su Hijo, para que hagamos realidad en nuestras vidas su ejemplo de humildad, pobreza y amor. Les deseo una feliz Navidad. Muchas gracias.

12 de diciembre de 2018

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hoy el Papa nos habla del Padrenuestro y nos lo presenta como una oración vital, un estilo de vida que marca nuestra existencia y de donde sacamos la fortaleza y la esperanza para continuar el camino. Porque, en ella encontramos respuesta a todas nuestras necesidades e inquietudes y a quien pedir, nuestro Padre Dios, que nos hace hermanos a todos los hombres.

Cada día, cada instante, la oración al Padre se hace vida en nuestra propia vida. Es una oración que encuentra su sentido en su propia encarnación humana, porque, cuando rezas el Padrenuestro estas encarnando tu propia vida en el mundo en que vives. Un Padrenuestro rezado sin estar encarnado en tu vida es una oración que pierde su sentido y no encuentra respuesta. Por eso, como nos dice el Papa Francisco, pidamos que nuestra oración del Padrenuestro no quede separada de nuestra vida, sino profundamente encarnada en ella.



PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 12 de diciembre de 2018


Queridos hermanos y hermanas:

Continuamos con nuestra reflexión sobre el Padrenuestro. Jesús enseña esta oración a sus discípulos, es una oración breve, con siete peticiones, número que en la Biblia significa plenitud. Es también una oración audaz, porque Jesús invita a sus discípulos a dejar atrás el miedo y a acercarse a Dios con confianza filial, llamándolo familiarmente «Padre».

El Padrenuestro hunde sus raíces en la realidad concreta del hombre. Nos hace pedir lo que es esencial, como el “pan de cada día”, porque como nos enseña Jesús, la oración no es algo separado de la vida, sino que comienza con el primer llanto de nuestra existencia humana. Está presente donde quiera que haya un hombre que tiene hambre, que llora, que lucha, que sufre y anhela una respuesta que le explique el destino.

Jesús no quiere que nuestra oración sea una evasión, sino un presentarle al Padre cada sufrimiento e inquietud. Que tengamos la osadía de convertirla en una invocación gritada con fe, a ejemplo del ciego Bartimeo que gracias a su llamado perseverante, «Jesús, ten compasión de mí» (Mc 10, 47), obtuvo del Señor el milagro de recobrar la vista. La oración no solo precede la salvación, sino que ya la contiene, porque libra de la desesperación de creer que las situaciones insoportables no se pueden resolver.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. De modo especial saludo a los latinoamericanos y a los mexicanos en este día de nuestra Patrona, la Madre de Guadalupe. Que el Señor Jesús nos dé la gracia de una total confianza en Dios, Padre compasivo que nos ama y permanece siempre a nuestro lado. Que Nuestra Señora de Guadalupe nos ayude a entregarnos al amor providente de Dios y a poner en Él toda nuestra esperanza. Muchas gracias.


5 de diciembre de 2018

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

La oración, nos dice el Papa Francisco, es necesaria, pero la roca donde apoyarnos es Jesucristo. Una piedad desencarnada pierde todo su sentido y su fuerza. Sin embargo, la oración es necesaria para fortalecer nuestra fe e impulsarnos a la caridad y al anuncio del mensaje que nos proclama Jesús, el Señor.

No hay cristiano sin rezar. Nuestro Señor nos enseña a rezar no sólo de palabra sino también con su vida. Así nos lo dice el Papa Francisco hoy en su catequesis. Jesús, nuestro Señor, es modelo de oración y de vida. Tratemos de imitarle.



PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 5 de diciembre de 2018


Queridos hermanos y hermanas:

Iniciamos hoy un nuevo ciclo de catequesis centradas en el “Padre nuestro”. Los evangelios nos presentan a Jesús como un hombre que rezaba. Si bien experimentaba la urgencia de predicar y de salir al encuentro de la multitud, buscaba momentos de soledad para rezar.

El Evangelio de san Marcos nos narra una jornada de Jesús, en la que pasó todo el día predicando y curando enfermos, sin embargo, la noche la dedicó a la oración. Para él, la oración era entrar en la intimidad con el Padre, que lo sostenía en su misión, como sucedió en Getsemaní, donde recibió la fuerza para emprender el camino de la cruz. Toda su vida estaba marcada por la oración, tanto privada como litúrgica de su pueblo. Esa actitud se ve también en sus últimas palabras en la cruz, que eran frases tomadas de los salmos.

Jesús rezaba como cualquier hombre, pero su modo de hacerlo estaba envuelto en el misterio. Esto impactó a sus discípulos y por eso le pidieron: «Señor, enséñanos a rezar». Jesús se convirtió así en maestro de oración para ellos, como quiere serlo también para nosotros.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Los animo a pedir a Dios como hicieron los discípulos: «Señor, enséñanos a rezar», para que nuestra oración no sea ni rutinaria ni egoísta, sino encarnada en nuestra vida y que sea agradable a nuestro Padre del cielo.

Que Dios los bendiga. Muchas gracias.