Dentro de breves momentos nos veremos las caras. Nuestras miradas serán reales y nuestras palabras escritas se tornaran en palabras reales de corazón a corazón. Todo será real y no virtual, y lo cultivado en la virtualidad tomará encarnación, en nosotros, realmente.
Pero, JESÚS, ese JESÚS que nos convoca no ha dejado de estar entre nosotros. Antes, en la virtualidad bloguera, y ahora, en la vivencia física de unos con otros. Y, también, ¡cómo no!, con aquellos compañeros, recuerdo ahora a Mentos, que están rezando y presente, también con JESÚS, entre nosotros. Todos estamos, porque es ÉL quien nos convoca.
Ya
estoy instalado en el lugar del Encuentro, y desde mi habitación, nº 6,
escribo estas primeras impresiones. No hay duda, hace bastante calor,
pero esto no es más que un añadido a nuestro empeño de vernos,
conocernos y proclamad la amistad con JESÚS. Con este sacrificio tendrá
más valor por lo que supone de esfuerzo.