Twitter es una herramienta muy interesante para quienes estamos presentes en la redes sociales, pero a la vez, es un terreno complicado de entender para muchos de nosotros. He encontrado en el blog Yoriento una serie de consejos-ideas que son fácilmente transformables para nuestro objetivo: la presencia eclesial en la red y la evangelización. He reconvertido algunos consejos para ajustarlos a nuestros objetivos y adjuntado algunos más que he ido aprendiendo en mi corta vida twittera. Muchos de los consejos son perfectamente aplicables a otras redes sociales, como Facebook, G+, etc. No quiero dejar de agradecer a los, fundadores y participantes en la iniciativa iMision, porque gracias a ellos que conseguido mejorar la perspectiva que no tenía hace unos meses. No duden en visitar su web y seguirlos en twitter.
- Las redes sociales aumentan tu visibilidad pero hacen más interesante lo que compartes. Es decir, tener una gran red social no hace que un mensaje sin relevancia se transmita. A veces el problema es el formato del mensaje, por lo que es necesario acudir a la creatividad.
- La relevancia de lo que compartes no importa si eres un foco de atención social. Dicho de otra forma, la relevancia social siempre importa, lo difícil es determinar para qué la vas a utilizar. ¿Qué es el la relevancia social? Básicamente podemos definir la relevancia social como la capacidad de influir o generar interés en la audiencia potencial que tienes. Justin Bieber es capaz de generar torrentes de interés, diga lo que diga, en sus cuentas en las redes sociales. ¿Por qué? Porque quienes le siguen aceptar cualquier mensaje que le llegue de su “ídolo”. En el caso de la evangelización o la presencia eclesial, la relevancia no suele llegar a las proporciones de una figura del pop, pero un mensaje del Papa en Twitter siempre generará más dinámica que el que envié una parroquia. Lo ideal es ser consciente de lo relevantes que somos, socialmente hablando, y aprovechar esta relevancia a favor de la Iglesia y la evangelización.
- Un buen evangelizador-animador eclesial tiene el perfil de seguidores que ha decidido tener y no necesariamente, el número de seguidores que merece tener. Tener más seguidores no te hace mejor, pero sí te hace mejor los más recursos potenciales que manejas. Otra cosa es qué haces con ellos. Si tienes como seguidores a cuatro directores de diarios de gran tirada, puede hacer uso de ese contacto para que un mensaje se difunda. El problema es saber cúando y cómo emplear esos recursos.
- Si tu objetivo en Twitter es serio, lo importante es qué seguidores consigues, no el número de seguidores y las estadísticas. Los seguidores interesantes son aquellos que interaccionan (seguidores 2.0) o aquellos que pueden aportar profundidad a los proyectos evangelizadores que llevas a cabo. Por ejemplo, si tienes dos seguidores activos que mueven a decenas de miles de seguidores, lo que les transmitas llegará a más personas de las que aparentemente tienes en tu cuenta de seguidores. El potencial de retwiteo de tus mensajes es más importante que el número de seguidores que tengas.
- Si quieres tener más seguidores, relaciónate con afecto con los que ya tienes. Tienes que ser un nudo activo y generar empatía. La calidad y el prestigio a medio y largo plazos tienen que ver mucho más con los contenidos y la conversación que con el marketing que se realice.
- Las redes sociales son meritocráticas pero sobrevaloran dos habilidades: la gestión de contenidos y el networking online. Los grandes profesionales son ‘penalizados’ en la Web 2.0 si no saben seleccionar y compartir información de interés y/o no cuentan con apoyos en las redes.
- Esto es importante: Sin un blog eres un “sin techo” digital. Vives todo el día tirado en las redes sociales. Redes en donde los contenidos y conversaciones se pierden en la nada tras dos o tres días. Aunque elijamos Twitter para estar al día, sin un blog dentro de una red de autores de blog, eres un barco a la deriva social.
- Seguir a alguien puede ser una cuestión de empatía, decidir leerle es una cuestión de interés. Y son dos objetivos diferentes, relacionados por un lado con el networking y las relaciones, y por el otro, con los contenidos y la relevancia.
- Nuestros seguidores dicen quiénes somos; a quienes seguimos, lo que queremos ser. O, dicho de otra forma, las personas a quienes seguimos muestran lo que queremos; aquellas que nos siguen, lo que damos.
- Aprende observando a los demás. Muchas veces queremos ser maestro de Twitter en dos semanas y esta afición necesita de meses y hasta algún año, para desarrollarse y asentarse.
- Twitter cambia constantemente, no te quedes atrás. No puedes quedarte con una dinámica de interacción más de un mes o dos. Si acostumbras a tus seguidores a una pauta y unas formas, terminarás siendo invisible. Lo cotidiano propicia la indiferencia, la creatividad vence la indiferencia. ¿Tenemos que estar reinventandonos constantemente? No hace falta. Miremos cómo actúan los demás, su relevancia y aprendamos de ellos sin dejar de adaptarlo a nosotros y mejorarlo.
- Mejor ser muchos y coordinados que estar sólo ante el mundo digital. Crear comunidades twitteras que compartan contenidos, genera relevancia y sobre todo, ideas y afectividad. Aunque algunas personas dudan que pueda haber afectividad y colaboración, en las redes sociales, mi experiencia es totalmente contraria.
Si se les ocurren o tienen más consejos, no duden en compartirlos. Gracias