Monasterio -saydet-el-nourieh en Líbano
Tal
vez, nuestros lectores piensen que este diálogo no es una ‘solución efectiva’ a
los problemas reales que confronta el mundo actual. No podemos pasar por alto
tanto terror, violencia y la exacerbada persecución de Cristianos en el Medio
Oriente. Los titulares de las noticias nos abruman con este sombrío escenario:
La incursión de Al-Qaeda a través de ISIS que se propone imponer un estado islámico que comprendería territorio
de Iraq y Siria; la expulsión de más de 100,000 Cristianos del área de Mosul,
territorio que comprende la antigua Nínive; el reciente conflicto entre Israel
y Gaza, donde el gobierno de Hamas declaró un estado islámico totalitario que
amenaza tanto a judíos como a Cristianos; el peligroso grupo Hezbollah de filiación
chiíta en Irán, Líbano y Siria; el periodista James Foley, recientemente
decapitado por yihadistas islámicos; la persecución de Católicos coptos en
Egipto y muchos otros, que constatan que en cualquier estado islámico prevalece
la persecución de Cristianos y la exportación de células terroristas. Este
escenario luce aún menos alentador si le sumamos la Islamización de Europa y su
evidente alejamiento de sus propias raíces cristianas.
Vale
la pena preguntarnos, ¿Acaso es imposible un encuentro, un diálogo fraternal?
¿No tenemos nada en común? ¿Xenofobia? Ya hemos visto el lado más negativo del
escenario, pero no hemos visto el cuadro en su totalidad. Al limitar nuestra
visión sólo a este panorama, puede que estemos erosionando la causa de la paz, con oportunidades perdidas y más piedras de
tropiezo.
El Papa Francisco ha insistido
mucho en el diálogo interreligioso y debemos unirnos en oración para que
fructifique su iniciativa. De hecho, este diálogo puede llegar a ser un
verdadero encuentro con la mediación de María Santísima. Ella es la Reina de la
Paz. En Fátima, reveló al mundo que el Señor le había confiado la paz. Esta misión
de María no excluye al Islam.
Ya hay signos y acontecimientos
que pueden animar este encuentro y que disipan las sombras del radicalismo
islámico:
·
Los grupos comunitarios integrados por israelíes y
palestinos que trabajan por la paz. La población palestina en Israel goza de un
mejor estándar de vida que sus hermanos en los países árabes y conviven
pacíficamente con comunidades cristianas.
·
Magdi Allam, periodista de ‘Il Corriere della Sera’, ha publicado
desde el 2006 una campaña apelando a los musulmanes a visitar los santuarios
marianos de Italia. Está plenamente convencido de que la Virgen María es el
punto de unión entre Cristianos y Musulmanes. Escribe: “En los países
musulmanes hay varios santuarios marianos que son objeto de veneración y
peregrinaje para fieles Cristianos y Musulmanes. Si esto sucede en los países
musulmanes, no veo porqué no suceda en los países cristianos, especialmente en
esta fase histórica en que necesitamos definir símbolos, valores y figuras que
unan religiones, espiritualidades y culturas”.
·
El decreto de una fiesta
nacional Cristiana-Islámica de la Anunciación de María en Líbano, aprobado el
2010. María ha sido elevada a símbolo nacional de unidad entre Cristianos y
Musulmanes en Líbano, reteniendo esta fiesta su carácter religioso en su propio
día, el 25 de Marzo, para promover el
pluralismo y la tolerancia. El anuncio oficial fue realizado desde el Vaticano
por el Papa Benedicto XVI y el Primer Ministro de Líbano, Hariri.
Nos une también la devoción mariana
que ha sido promovida por el Corán, que le dedica 34 páginas a María. El
Concilio Vaticano II tomó nota de la actitud benévola de los musulmanes hacia
María, y en la Declaración “Nostra
Aetate” se recoge: “Ellos honran a la
madre virginal (de Jesús), María, y en ocasiones la invocan con devoción”.
En el Corán, María es el modelo de todos los creyentes por su fe absoluta y por
su perfecta “sumisión” a la voluntad de Dios. Sin embargo, la Mariología
Islámica está condicionada por el hecho de que no reconoce la divinidad de
Jesús, a quien define como profeta. Estos son algunos de los puntos comunes de
la Mariología Islámica con la Cristiana:
1. Mahoma defiende la virginidad de María.
En el Corán, se exalta su virginidad; ignorando por completo a San José, aunque
alaba a María por haber sido escogida por Dios para un rol único en la historia.
Cristo es repetidamente denominado “Issa
ibn Maryam”, hijo de María. Por lo tanto, María tiene función Cristológica, aunque los elementos
biográficos y espirituales que el Corán ofrece sobre María difieren de la
tradición cristiana.
2. La Inmaculada Concepción. El dogma
proclamado en 1854 por el Papa Pío IX: “...la bienaventurada Virgen María fue
preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su
concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a
los méritos de Jesucristo salvador del género humano”. Para el Corán, la
concepción de María fue la más pura y santa. El Corán relata: “¡María! Alá te
ha escogido y purificado. Te ha escogido entre las mujeres del universo”.
“Cuando la mujer de Imran [Joaquín] supo que tendría un hijo hizo un voto a
Dios: ‘Te ofrezco un voto, a Tu exclusivo servicio, lo que hay en mi seno.
¡Acéptamelo! Tú eres Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe’”. En un Hadith (tradición), Mahoma afirma: “Cada
niño, al nacer, es tocado por el demonio y este contacto lo hace llorar, con la
excepción de María y su Hijo”. Algunos comentarios sobre esto y los versos
35-37 de la Sura 3 deducen el principio de la pureza original de María.
3. Anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María.
La Anunciación la sitúan en Jerusalén y no en Nazaret. Relata la sura 19 el acontecimiento así: “Al
presentársele el ángel a María le anuncia que él es el enviado para darle un
hijo puro, zakia”, es la palabra en
árabe que aparece para designar la pureza de su hijo, es decir, exento de
culpa, que crece en la santidad. María no pronuncia su fiat (Lc 1, 38). Ella sólo
pregunta como sucedería eso si ella no es una mujer de mala vida; el ángel la
tranquiliza diciéndole que para Alá no es imposible. Advierte que María
conservó su virginidad antes, durante y
después del parto, llamando infiel o impío aquel que se atreva a ponerlo en
duda: “y son impíos por haber dicho contra María una calumnia monstruosa”.
4. La Virgen es para los musulmanes la verdadera Sayyida o Señora.
La única ‘rival’ en su credo seria Fátima, la hija de Mahoma. Pero después de
la muerte de su hija escribió el propio Mahoma: “Serás la más bienaventurada de
todas las mujeres en el Paraíso, después de María”.
María tiene un rol universal en el
plan celestial por la Paz. Es un hecho que muchos peregrinos del Medio Oriente
realizan peregrinaciones al Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal.
Muchos oficiales portugueses han expresado su preocupación por la seguridad del
santuario y de los otros peregrinos. La combinación del nombre y devoción Islámicos del santuario atraen a los
musulmanes. El santuario lleva el nombre de una princesa de Ourem que vivió en
los años 1100s, además de coincidir con el nombre de la hija de Mahoma. Esto
nos hace ver que Dios escribe derecho entre renglones torcidos. Fátima es parte
del plan celestial y prueba de que hay esperanza para el mundo.
Tierra Santa ha sido un campo de batalla
entre Cristianos y Musulmanes a través de los siglos; como evidencia están los
numerosos templos y basílicas que han sido construidos por la Iglesia,
destruidos por los musulmanes, reconstruidos en las Cruzadas católicas……y más
tarde atacados por seguidores del Islam, pero con una excepción que debiera animarnos a
un encuentro: la Basílica de Santa Ana en Jerusalén, que fue construida durante
las Cruzadas. Tiene una estatua de María niña que es venerada en el sitio
exacto donde se cree que nació. Jamás ha sido atacada por los musulmanes.
De España a México, también hay un
plan celestial manifiesto en Nuestra Señora de Guadalupe que parece haber sido
trazado con un delicado hilo histórico que no pierde continuidad, gracias a la
evangelización que transformó la cultura de los pueblos de América. En 1326, fue descubierto en las montañas de Extremadura (España) un
tesoro religioso que San Gregorio Magno había donado al obispo Leandro de
Sevilla, gracias a la visión que tuvo un humilde pastor llamado Gil. La imagen
de Nuestra Señora fue entronizada en un monasterio franciscano cerca del Río
Lobo. Durante la ocupación de España, los musulmanes habían asignado ese nombre
al río; el término Islámico para este río es precisamente ‘Guadalupe’; ‘guada’
significa río y ‘lupe’ significa lobo. Por lo tanto, la famosa imagen Católica
ha sido conocida en España mediante un nombre islámico, desde el siglo XIV.
En la plenitud de la historia, Dios
Nuestro Señor, con toda seguridad anticipó que la religión Islámica llegaría a
ser una amenaza seria para el Cristianismo y volvió a escribir derecho en
renglones torcidos. Dios sabía que los misioneros enfrentarían la resistencia
de los poderosos aztecas en el nuevo mundo, que adoraban un ‘dios’ de piedra en
forma de serpiente, llamado Huichilopochtli,
a quien ofrecían sacrificios humanos. Era muy difícil inculturar el
Cristianismo en un pueblo tan salvaje, pero Dios probó una y otra vez que para
Él no hay imposibles. Nuestra Señora se le apareció a un indio humilde converso
llamado Juan Diego en 1531. A petición del Obispo, Fray Juan de Zumárraga, Juan
Diego debía llevarle una prueba de lo sucedido en el Tepeyac. Humildemente le
preguntó a Nuestra Señora su nombre y Ella respondió en Náhuatl con las
palabras ‘te coatlaxopeuh’, que se
pronuncian ‘quatlasupe’, que
significa ‘la que destruye la cabeza de la serpiente’. Esta pronunciación, para
los oídos españoles de Fray Juan de Zumárraga sonaba precisamente como Nuestra
Señora de Guadalupe, la de España y decidió llamarla precisamente así. Fue así
que la creciente, que es también símbolo en el Islam llegó a América y con un
nombre islámico; la profecía cristiana está respaldada en la Biblia: “Un gran signo
apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y
una corona de doce estrellas sobre su cabeza” (Ap. 12, 1). El error de Fray Juan de Zumárraga suena
providencial, quizás pudiéramos hablar de un error que conducirá a la
conversión de miles de musulmanes. Recientemente, se ha observado un
significativo incremento de turismo Islámico y de Oriente en el Santuario de
Nuestra Señora de Guadalupe en México.
Nuestra Señora ha continuado su
misión de paz a lo largo de la historia. El 7 de Octubre de 1571, gracias el
rezo del Santo Rosario, a petición del Papa Pío V, las fuerzas cristianas
derrotaron a un gran ejército de musulmanes que llevaban unos 12,000 esclavos
cristianos remando a su favor, en el Golfo de Lepanto. Prevaleció el Arca de la
Alianza sobre la marina más poderosa de la época. Cabe notar que uno de los 3
almirantes de las fuerzas Católicas fue Andrea Doria, que portaba un estandarte
de Guadalupe en su nave. En 1683, el Papa Inocencio XI proclama la festividad
del Santísimo Nombre de María, el 12 de Septiembre, para dar gracias a Dios por
el fin del sitio de Viena y la derrota de los turcos por las fuerzas del
príncipe polaco Juan Sobieski, quien había manifestado que era imposible
derrotar a los turcos. Cayó repentinamente una granizada en el campamento
turco, durante un día asoleado y se consumó la victoria cristiana.
Volviendo a Fátima, donde Nuestra
Señora -al preguntársele su nombre-respondió que Ella es ‘la Señora del Rosario’, nos pidió rezar el
Rosario a diario. Desde el cielo, nos presentó el plan de paz con una gran
esperanza para el mundo. Prometió conversiones para muchos pecadores, la
conversión de Rusia y lo que parece que ya está al alcance de su misericordioso
corazón: la conversión del Islam.
Compartimos por la fe un mismo Padre,
Abraham y tenemos en común a María Santísima, Reina para todos los que llevan
en sí algún signo, o alguna característica común que nos acerque a Dios, tal
como la fe acercó a Abraham y a su descendencia a Dios, formando un pueblo
heredero de las promesas. ¡Nuestra Señora del Rosario, Ruega por Nosotros!
-Yvette Camou-
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