Sabemos
muy bien como la juventud
del siglo XXI tiene grandes retos, ya
que en el mundo que vivimos hay tentaciones, pero por el contrario Cristo
siempre nos dice que seamos fuertes y
valiente. “Tengan ánimo y valor,
no les teman ni se asusten ante ellas, por
el Señor tu Dios va contigo; no
te dejara ni te abandonara. “ Dt 31,6.
Podemos
ver como Dios le habla
al pueblo de Israel y le dice
que no teman ni se asusten porque Dios les acompaña. Cada joven no debe considerarse solo ni angustiado, por el
contrario debe estar lleno de valor y
firmeza para que cuando la
prueba y la tentación vengan él pueda salir victorioso.
Sabemos
que Dios no nos ha dejado solos que tenemos el mejor mangar que se llama
la Eucaristía y en la
palabra de Dios nos quedara muy
claro cuál es el verdadero pan que debemos comer
para seguir adelante en nuestras
luchas diarias. “Yo soy el pan de
la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el
pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo,
bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo
le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo. “
Jn 6,
48-51.
Jesús
nos lo deja muy claro que él es el pan
de vida, el que come de ese
pan vivirá para siempre lo que
nos dice es que
cuando nos acercamos a comulgar nos unimos también al cielo a la comunión de los
santos. La eucaristía no debemos
verla como un simple pan que se nos da
sino como ese alimento que nos da vida
en plenitud.
Y
sigue diciéndonos “Mi carne es verdadera
comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre
vive en mí y yo en él“Jn 6, 55-56.
Nos lo
vuelve a
decir por si no nos quedó claro mi carne y mi
sangre es verdadera
comida y bebida, no es cualquier
pan o cualquier vino sino es el mismo Cristo el que comemos y bebemos en
la comunión. Al final nos dice el que come mi carne y bebe
mi sangra vive en mí y yo en él, nos convertimos en otros
Cristos ya que él nos abraza y nosotros
a él.
Para
concluir unas últimas
palabras debemos ser jóvenes
eucarísticos que cuando
participemos de la Eucaristía no pasemos
desapercibidos de tan gran misterio que
Dios nos dejó, sino por el contrario debemos participar activamente de tan gran sacramento que nos salva y
vivifica.
“Tenemos
con nosotros el "pan de los peregrinos", el sacramento del Cuerpo y
de la Sangre de Cristo, que se nos ofrece como fuente inagotable, para sacar de
ella fuerza, serenidad, confianza en cada momento de la existencia”. San Juan
Pablo II.
Brandon
Carvajal. (San José, Costa Rica)
Autor del Blog Camino de Santidad
Imagen de la pelicula Mary's Land.