Hoy, nuestro Papa Francisco, nos recuerda nuestro propio camino cuaresmal. Camino de preparación de nuestra propia pascua, que como el Señor, tendremos que soportar, recorrer y vencer con la resurrección. Esperanza de nuestro camino y de nuestra vida.
La Pascua del Señor, paso de la muerte a la Vida, es el fundamento de nuestra fe. En la Resurrección de nuestro Señor reviven todas nuestras esperanzas, porque nosotros, como Él y en Él, vivimos y caminamos en esa esperanza, la de la Resurrección en Xto. Jesús. Él nos da la Vida y nos acompaña en nuestro camino penitencial revestiéndonos de su Gracia, por la oración y los sacramentos, como nos indica nuestro Papa Francisco.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 1 de marzo de 2017
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, miércoles de ceniza, los invito a reflexionar sobre la cuaresma como tiempo de esperanza. Al igual que el Pueblo de Israel que sufrió la esclavitud en Egipto, cada uno de nosotros está llamado a hacer experiencia de liberación y a caminar por el desierto de la vida para llegar a la tierra prometida.
Jesús nos abre el camino al cielo a través de su pasión, muerte y resurrección. Él ha debido humillarse y hacerse obediente hasta la muerte, vertiendo su sangre para librarnos de la esclavitud del pecado. Es el beneficio que recibimos de él, que debe corresponderse con nuestra acogida libre y sincera.
Estamos llamados a seguir el ejemplo de Nuestro Señor. Él venció al tentador y ahora nosotros debemos también afrontar la tentación y superarla. Él nos dio el agua viva de su Espíritu y nosotros debemos ir a buscarla a la fuente de los sacramentos y la oración. Él es la luz que vence las tinieblas y nos pide a nosotros alimentar la llama que se nos confió el día de nuestro bautismo. De este modo, nuestro camino cuaresmal será signo sacramental de nuestra conversión.
Catequesis completa
Catequesis completa
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Los exhorto a caminar en esperanza y con empeño en este camino de amor, que hoy Dios nos propone al inicio de la Cuaresma. Que nuestro esfuerzo forje una esperanza sólida, como la de María, que continuó a creer y a esperar incluso cuando se encontraba junto a la cruz de su Hijo. Que Dios los bendiga a todos.