El Triduo Pascual, del que nos habla el Papa Francisco hoy en su audiencia, significa toda la vida del cristiano. Es el triunfo de la Vida, la Resurrección de Jesús, sobre la muerte, la tristeza y el temor del hombre. Es la Vida en plenitud que se alcanza en nuestro Señor Jesús, glorificado en la Cruz para Gloria del Padre.
Hemos sido creados para vivir y la muerte no existe. Existe una pascua personal por la que pasamos de este mundo caduco al mundo pleno de la Gloria en Xto. Jesús. Meditemos estos momentos pascuales unidos al Santo Padre y pidamos para que nuestra vida sea también una pascua de resurrección. Amén.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles, 28 de marzo de 2018
Queridos hermanos y hermanas:
Los días del Triduo Pascual constituyen la memoria celebrativa del único y gran misterio de la muerte y resurrección de Cristo, y marcan las etapas fundamentales de nuestra fe y de nuestra vocación en el mundo. Estos tres días nos recuerdan los grandes eventos de la salvación realizados por Cristo y nos proyectan a nuestro destino futuro, reforzando nuestro compromiso y testimonio en la historia.
El anuncio de alegría y esperanza que culmina el triduo, nos recuerda que las cosas viejas han pasado y todo ha sido renovado en Cristo, muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra glorificación. Este anuncio es también una llamada a la responsabilidad en la misión, pues renueva en todos los bautizados el sentido de nuestra nueva condición, y nos invita a despojarnos del hombre viejo para vivir como hombres resucitados, que hacen del mundo un espacio nuevo donde ser, gracias a Cristo y con Él, instrumentos de consuelo y esperanza para aquellos que sufren todavía hoy la humillación y la soledad.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Pero estos de habla española son barulleros. Dispongámonos a vivir bien este Triduo Santo para que, con la ayuda de la Virgen María, entremos de lleno en el misterio de Cristo muerto y resucitado por nosotros y así dejemos que él trasforme nuestra vida. Antes de terminar quiero desearles a todos los presentes, a sus familias y comunidades una profunda vivencia del Triduo Pascual, y a todos una feliz y Santa Pascua. Y también un pedido. Les quiero pedir una cosa: Que cada uno de ustedes, así como hacen tanto barullo lindo, tengan el coraje de ir a confesarse en estos días. Hagan una buena confesión. Gracias.