5 de septiembre de 2018

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hoy el Papa nos habla del descanso, del verdadero descanso como recompensa al trabajo. El descanso es consecuencia del trabajo y es momento de dar gracias por, primero poder trabajar, y, segundo, por todo lo que se tiene, incluso, como nos dice el Papa, en las dificultades y sacrificios.

No se descansa sin estar previamente cansado y hoy, muchos consideran el descanso como una actividad de desenfrenos, pasiones y diversión, cuando eso cansa más, pues al día siguiente estamos, si no enfermos, si con la cabeza algo traspuesta.



PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles, 5 de septiembre de 2018


Queridos hermanos y hermanas:

Hoy reflexionamos sobre el tercer mandamiento: «Fíjate en el sábado para santificarlo». Se debe distinguir entre el verdadero descanso y la evasión, tan común en nuestros días. Hoy se intenta evadir la realidad buscando una diversión que oculte nuestro descontento.

El sentido del auténtico reposo lo encontramos en las palabras del Éxodo: «Dios hizo el mundo en seis días, y el séptimo descansó». Ese descanso es la alegría de Dios por su creación, que era muy buena.

Para nosotros cristianos, el día del Señor es el domingo, y en la eucaristía, que significa “dar gracias”, se encuentra el culmen de esa jornada de contemplación y bendición, en la que acogemos la realidad y alabamos al Señor por el don de la vida, dándole gracias por su misericordia y por todos los bienes que nos concede.

El reposo es también un momento propicio para la reconciliación, para confrontarnos con las dificultades sin escapar de ellas, para encontrar la paz y la serenidad de quien sabe valorizar lo bueno que tiene, incluso en el lecho del dolor o en la pobreza.


Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina.
Los animo a abrir el corazón a la Providencia divina y a descubrir la profunda verdad del Salmo: «Solo en Dios descansa mi alma»; y que, junto con la Virgen María, acojamos al Espíritu Santo para seguir las huellas de Cristo en el camino de la vida. Muchas gracias.