No nos dejes caer en la tentación, es la penúltima petición, nos dice el Papa hoy, que hacemos en el Padre nuestro. Una petición que descubre nuestra naturaleza herida por el pecado, débil y frágil y que nos somete a las seducciones del demonio para alejarnos de nuestro destino de salvación y del amor de Dios.
Necesitamos la fuerza del Espíritu Santo que hemos recibido en el Bautismo y confiamos, porque así nos lo ha enseñado Jesús dándonos testimonio, como nos dice el Papa, en los momentos que se sintió tentado y desolado tanto en el desierto como en las horas previas a su Pasión, que Él nos acompaña y está a nuestro lado confortándonos para vencer las seducciones del demonio.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles, 1 de mayo de 2019
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy reflexionamos sobre la penúltima invocación de la oración del padrenuestro que dice: «No nos dejes caer en la tentación». Esta petición se encuentra en el centro del drama entre nuestra libertad y las insidias del maligno. Es una frase difícil de traducir en las lenguas modernas, pero está claro que Dios no es el que nos tienta, como si Él fuera el que busca hacernos caer en el momento de la prueba. De hecho, Jesús nos revela que Dios se pone junto a nosotros en la lucha contra el mal y, por eso, nos enseña a pedirle que nos ayude a evitarlo y a superarlo.
También Jesús vivió momentos de prueba y tentación, pero supo vencerlos; se impuso al demonio durante las tentaciones en el desierto, y cuando experimentó la desolación más absoluta en el huerto de Getsemaní, dio testimonio de que confiaba en su Padre Dios. En aquel instante previo a su Pasión, cuando sentía un gran abandono, pidió a sus discípulos que velasen y orasen con Él, pero ellos no fueron capaces de hacerlo. Sin embargo, cuando nosotros somos probados y tentados por el maligno, Él vela y está junto a nosotros. De este modo, sabemos que no estamos solos en el momento de la prueba y la dificultad, sino que estamos recorriendo, junto a Jesús, el camino que Él bendijo con su presencia salvadora.
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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y de Latinoamérica, en modo particular a los sacerdotes de la Diócesis de Cartagena, acompañados por su obispo, Mons. José Manuel Lorca Planes. Pidamos al Señor que aleje de nosotros todo tipo de tentación y que sepamos percibir su presencia a nuestro lado en todo momento de nuestra vida. Dios siempre nos acompaña y hace más ligero el peso de nuestra cruz. Que el Señor los bendiga.