Hoy, el Papa Francisco, nos habla de la paz, de una paz que derrumba barreras y une a los hombres bajo un mismo amor que borra toda desigualdad y diferencia. No es la paz del mundo que está sujeta a acuerdos y condiciones que la propia naturaleza del hombre la quebranta. Jesús nos habla de una paz diferente que, como dice el Papa Francisco, la paz que viene del Señor es aquella que hace de dos pueblos uno solo.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Biblioteca del Palacio Apostólico
Miércoles, 15 de abril de 2020
Miércoles, 15 de abril de 2020
Catequesis sobre las bienaventuranzas: 8. Bienaventurados los que trabajan por la paz
La catequesis de hoy está dedicada a la bienaventuranza que dice: «Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios». Para comprenderla, tenemos que conocer qué significa la palabra “paz”.
El término bíblico shalom quiere decir abundancia, bienestar, en una vida conducida bajo la verdad y la justicia, que se cumplen en la espera del Mesías, Príncipe de la paz. Sin embargo, hay otro sentido de paz que es más subjetivo y que está muy difundido en nuestra sociedad, es el de la tranquilidad y equilibrio personal, que en ocasiones no corresponde a un crecimiento interior.
De hecho, la paz del Señor es diferente a la que da el mundo, con sus guerras y sus múltiples tratados de paz rotos. La paz que viene del Señor es la que “hace de dos pueblos uno solo”; es la paz que aniquila la enemistad y que reconcilia con la sangre de su cruz.
Los que trabajan por la paz son llamados hijos de Dios porque actúan de forma activa y artesanal, colaborando en la obra de la creación. Asumen el arte de la paz y la ejercen, sabiendo que no hay reconciliación sin donación de la propia vida y que la paz no es fruto de las propias capacidades, sino que es la manifestación de la gracia de Cristo, que nos ha hecho hijos de Dios.
Saludos:
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española que siguen esta catequesis a través de los medios de comunicación social. Los animo a colaborar con Dios en la tarea de construir la paz, en cada momento y en cada lugar, comenzando por aquellas situaciones que viven ustedes y con las personas que tienen alrededor; de manera particular, en estos momentos que estamos viviendo a causa de la pandemia, para que, con un gesto concreto de bien, puedan llevar la ternura, la alegría y la paz de Cristo Resucitado.
Feliz pascua de Resurrección. Y que Dios los bendiga.