En estas catequesis, después de las vacaciones, el Papa nos habla de las dificultades y los peligros, desde nuestra opción de fe, que podemos caer al tomarnos estos tiempos de forma individual, indiferente o circunscrita a nuestra pequeña comunidad de parroquia o grupo. Estamos llamados a la invitación, a la extensión y universalidad de nuestro compromiso bautismal. Y, reconocemos, al menos yo, que mi fe es poca y mi compromiso deja mucho que desear.
Por eso, desde lo más profundo de mi corazón, presento mi disponibilidad y mi dolor de corazón por todas mis indiferencias y mis faltas de compromiso. Y pido la misericordia de nuestro Padre Dios y que, por su Amor Misericordioso, me revista de ese traje nuevo de la Vida de la Gracia para, que desde esa nueva vida pueda, no solo aceptar su invitación al banquete, sino ir revestido de ese traje nuevo de la Gracia. Amén.