Domingo 3 abril_
*VIII Estación: Jesús encuentra a las mujeres.*
Nos habías dicho, Señor, que tú ibas a pasar por todas las calles de la amargura de la vida.
Nos compadecimos al verte, tu presencia parecía ausencia, todo parecía que había terminado y sentimos el deseo de llorar.
¿Cómo no llorar cuando tú nos dabas lástima y compasión?
Pero tú nos dijiste que es mejor la solidaridad, el acompañar que lamentarse. Aprendamos tu lección: querías más amor, más generosidad en la entrega, más vida que palabras, más gestos que lamentos. Entonces caímos en la cuenta de lo que es el verdadero amor. Amén.