*ORAR CON EL EVANGELIO DE HOY*
Jesús llama a cada uno por su nombre, para darles la misión que quiere, llama porque quiere, porque nos quiere. Hemos de estar atentos para escuchar las llamadas de Dios_.
Jesús: Tú eres siempre una sorpresa, eres el amigo que se encuentra sin esperarlo. Y yo te he encontrado. No esperaba conocerte tan de cerca.
Pero llegaste, como a la Samaritana, y me has dicho: "Dame de beber".
Como a Zaqueo, elevaste los ojos hasta el árbol en que estaba, y me dijiste: "Baja, que quiero hospedarme en tu casa". Sabes que te necesito, y llegas sin que te llame.
Permíteme acompañarte en el camino. Tú me conoces y sabes lo que quiero, lo mismo mis proyectos que mis debilidades. No puedo ocultarte nada, Jesús.
Quisiera dejar de pensar en mí, y dedicarte todo mi tiempo. Quisiera entregarme por entero a ti. Quisiera seguirte a donde quiera que vayas.
Pero ni esto me atrevo a decirte, porque soy débil.
Esto lo sabes mejor que yo. Sabes de qué barro estoy hecho, tan frágil e inconstante. Por eso mismo te necesito aún más, para que tu me guíes sin cesar, para que seas mi apoyo y mi descanso. ¡Gracias por tu amistad, Jesús!
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.