Señor, todo lo pongo en tus manos para que se haga como Tú quieras porque tengo la absoluta certeza de que eso será lo mejor.
Dame luz para sentirte en medio de este mar agitado y dame fuerza para seguirte en cada paso que dé.
Porque me siento tuyo y sólo en Ti me reconozco.
Nadie me mira como Tú y nadie pronuncia mi nombre como Tú.
Seño, no dejes de mirarme, no dejes de llamarme. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.