Tú tienes paciencia con nosotros, Tú sabes esperar, Tú aceptas nuestros ritmos, Tú nos conoces del todo... En cambio, nosotros nos agitamos, no soportamos ritmos distintos, nos cuesta trabajar con el diferente, discutimos en la familia con impaciencia, nos agita lo que el otro hace de otra forma.
Nos invitas, Señor, a tener paciencia, a esperar el día en que todo se calme, a deshacernos de la ansiedad infantil, a dejar que lo que pasa, pase; dejar que lo que ocurre no nos dañe.
Tú nos prometes un cielo nuevo y una tierra nueva, pero nos pides que la construyamos, que no nos quedemos con los brazos cruzados.
Lánzanos al mundo, Señor, sácanos del lamento y de la queja, ponnos en acción constructiva para trabajar juntos en tu misión. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Median.