Ayúdame a mirar como Tu, Señor. A ver el lado bueno de las personas. A no recrearme con el sufrimiento ajeno. A no ser altavoz de calumnias y mentiras. A ser persona y no jugar a ser juez.
Ayúdame a mirar como Tú, Señor. A no manipular ni airear las cruces de las personas que las soportan. A no enjuiciar ni condenar los defectos de tantos próximos a mi vida. A no hacer estandarte ni burla de los que están hundidos en sus miserias.
Ayúdame a mirar como Tú, Señor. Para que, frente a la mentira, reine la verdad. Para que, frente a la condena, brille tu misericordia. Para que, frente a la burla, salga la comprensión. Para que, frente a la humillación, despunte la bondad. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.