Señor, Tú eres bondad y belleza en estado puro. Tú creaste un universo precioso, impresionante. Tú creas a cada persona a tu imagen y semejanza. Tú nos llamas, nos das tu Espíritu, nos limpias y nos envías; para que seamos transparencia de tu amor, para que luchemos contra la maldad que embrutece a las personas y contamina tu Creación.
Que sepamos responderte con la confianza y la prontitud de María. Que cada día procuremos purificar nuestro corazón, manchado de rencores, envidias y malos deseos. Que tu amor, la presencia de María Inmaculada y la cercanía de tantas personas buenas no nos dejen caer en la tentación de pensar que no tenemos remedio, que nuestro mundo está condenado a la destrucción; y nos impulsen a limpiar lo que está sucio y a llenar de hermosura el mundo que has puesto en nuestras manos. Amén.