¡Cuánto me cuesta cambiar, Señor! No quiero avanzar por miedo a perder lo que tengo. Pero hay una luz que me atrae: tu luz y una voz que me dice: "No tengas miedo, no te pares"
Necesito sentir, o al menos saber, que me acompañas. Quiero emprender contigo la aventura de vivir cada día con la confianza de que Tú nunca defraudas al que confía en Ti y procura seguir tus caminos.
Ayúdame a creer más, a apoyarme más en Ti, a valorar la fuerza que has puesto en mi corazón, a descubrir la belleza de una sonrisa desconocida, a afrontar la vida con ilusión, esfuerzo y esperanza. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.