Señor del amor verdadero, pon tu luz en nuestras sombras, pon tu paz en nuestras luchas, pon tu voz en nuestros ruidos.
Pon armonía en nuestras diferencias, pon sentido en nuestras preguntas, pon ternura en nuestros juicios y limpieza en cada proyecto.
Pon dignidad en nuestra mirada, y libertad en nuestras certidumbres, pon tu aliento en el bregar cotidiano, y tu amistad en nuestros contrastes.
Pon, Señor, tu verdad en nuestras dudas. Ponnos, Señor, contigo, cuando buscamos tu evangelio para este mundo. Tú que eres el camino, la verdad, y la vida. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.