Señor Dios, enséñame dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte.
Tú eres mi Dios, tú eres mi Señor, y yo nunca te he visto. Tú me has modelado y me has remodelado, y me has dado todas las cosas buenas que poseo, y aún no te conozco.
Enséñame cómo buscarte porque yo no sé buscarte si tú no me enseñas, ni hallarte si tú mismo no te presentas a mí. Que te busque en mi deseo, que te desee en mi búsqueda que te busque amándote y que te ame cuando te encuentre.
Amén.
(San Anselmo de Canterbury)
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.