Señor, está en mi corazón el deseo de amarte. Está en mi interior el deseo de buscarte. Está en mis silencios el deseo de escucharte. Pero no siempre amo, no siempre te busco, no logro silenciarme para escucharte.
Entonces Señor, hazme dispuesto para amarte. Por ello te pido ayúdame a hallarte. Entonces Jesús, dispón de mi corazón para oír tu voz. Puedo tenerlo todo, pero sin ti no hay vida. Puedo ocupar mi mente y evitar el buscarte, pero tú siempre me recuerdas tú fidelidad, que me amas a lo grande. Es la nueva vida que cambia al más incrédulo en recibir tu amor y perdón. Por este corazón que desea amarte te pido nueva vida para ser instrumento de amor en cada día. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.