Que este nacimiento tuyo, Niño Dios, me sirva para enderezar aquello que está torcido, a limpiar lo que debe ser barrido, a transformar aquello que debe ser transformado! ¡Vienes para nacer en el pesebre de mi corazón, Señor, y yo te pido que tomes las riendas de mi vida y me ayudes a caminar de tu lado, de la mano de Madre y con la fuerza de tu Santo Espíritu por la senda de la santidad! ¡Espíritu Santo, llévame a la tierra de paz donde more tu gracia y la serenidad que tanto deseo! ¡Para esta Navidad que se acerca deja que mis ojos se vuelvan hacia Jesús deseando nada más que su presencia sanadora! ¡Ven Espíritu Santo, arde en lo más profundo de mi corazón, abre mis ojos para que pueda captar tu plan perfecto en mi vida! Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina