Señor, ayúdame a abrir el corazón de par en par para sembrar esperanza, para generar más fraternidad a mi alrededor. Ayúdame a ser lámpara no para llevar luz para que yo pueda ver sino para que los que están a mi alrededor vean! ¡Concédeme la gracia de abrir los ojos cada día para ser capaz de ver a los que me rodean, para sentirlos, amarlos, tocar sus necesidades, sus anhelos, para que sea pequeña luz que brilla en mi corazón. Para que sea como una luz encendida en favor del prójimo que camina a mi lado. Ayúdame a no pensar tanto en mi y más en el otro, a dejar mis egoísmos y mis comodidades para ir al encuentro del otro. Ayúdame, Señor, a contribuir un mundo a mi alrededor más humano, más solidario y más esperanzado. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina