El éxito del viaje de Benedicto XVI al Reino Unido se debió principalmente a la gracia de Dios, que actuó en los corazones de multitudes y creó un ambiente de tal densidad humana que no pudo ser negado siquiera por los más recalcitrantes antipapistas.
Sin embargo, hoy me ha llegado un mensaje (*) en el que se incluía un enlace curioso Un legionario agradece al Opus Dei y que os invito a leer. Haciendo ahora abstracción del título y de las instituciones en él reflejadas, lo cierto es que el autor del post subraya algo muy relevante. Meses antes de la llegada del Papa a las tierras británicas, un grupo de laicos se organizó para hacerse presente en la opinión pública: catholic voices. No digo -lo repito porque también ésa era la intención del autor- que ellos deban apuntarse ningún tanto ni quitarle el mérito que a Dios y a su más directo representante hay que atribuir, pero también es justo subrayar que en la sociedad en que vivimos las voces católicas que más deben de sonar son precisamente las de los cristianos de a pie.
El autor del post concluye con estas palabras realmente animosas: ¿se tomarán iniciativas de este tipo para preparar las dos visitas de Benedicto XVI a España?
"El proyecto Catholic Voices pone de manifiesto el bien que el laicado puede realizar por la promoción y defensa de la fe. Al mismo tiempo, se convierte en un ejemplo que bien pueden imitar otros movimientos eclesiales. A nivel diocesano, piénsese en un “Catholic Voices” para ayudar al obispo local en su misión pastoral, sobre todo por cuanto respecta a salir al paso en la tratativa de temas sobradamente tendenciosos y recurrentes como las riquezas de la Iglesia, las cruzadas, el papel de la mujer en la Iglesia o el caso Galileo, entre tantos otros. A un nivel parroquial también se puede aplicar la iniciativa, si bien con un alcance más reducido y no por ello menos importante.
No se trata de “suplir” la misión específica del portavoz diocesano cuanto de salir al paso sobre controversias de comunicación y tópicos de interés más amplios. Y no está de sobra decir que el interés, la ilusión y la buena intención no suplen la necesidad de una adecuada formación, en este caso concretamente en el rubro de la comunicación tanto oral como escrita y, desde luego, en la fe que son sobre todo obras hechas vida cada día."
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(*) Escribo estas líneas en la tarde del sábado 16 de octubre, pero su publicación está programada para "hoy" día 19.