29 de noviembre de 2013

Proclama mi alma la grandeza del Señor

Sabes de antemano todo lo que rodea a mi vida, sabes cual es mi historia, mi forma de vivir, de pensar, de sentir, de asumir las situaciones y sabes también que de vez en cuando tengo que huir de todo, y de casi todos, lo que me rodea. 

Eres el que me conoce a la perfección, al cien por cien, porque contigo no hay engaños, no hay mentiras, no puede haber ramas oculten el paisaje. Me conoces y punto. 

Yo ante ti, descanso y me entrego día a día porque aún sabiendo de mis propias limitaciones, de mis podredumbres, de mi coraje o cobardía para asumir las cosas según me vienen, eres el que me consuela, me apoya, me ayuda, me protege, ensalza mi alma para llegar a cotas inimaginables que me hacen afrontar lo difícil o lo fácil con una mansa actitud. 

Señor, sin Tí no soy nada y contigo lo soy todo porque me sé querido y amado como solo Dios puede hacerlo para con sus hijos. No sé cuanto tiempo pasa desde que, arrodillado, frente al Sagrario que contiene Tu Bendito y Venerado Cuerpo, aunque puedo decirte lo sabes de antemano, que es el tiempo más aprovechado porque en cada pensamiento, cada oración, cada palabra, cada súplica, cada gracias está impregnado Tu Ser que poco a poco va envolviendo a este humilde, y a veces infame, pecador para que sintiéndote cerca vea mi vida, mi historia, de una manera más real y llena de esperanza. 

Cierro los ojos y veo mejor. La fe no es una imagen es la Gracia de Dios que siendo Padre nos la ofrece hasta que la sentimos como una zarza ardiente en nuestro corazón. 

La fe la palpo, la siento, incluso la escucho, desde el silencio. ¡Qué bien se está en silencio hablando con Jesús! ¡Qué se disfruta de la Presencia de Cristo Sacramentado! ¡Qué descanso y felicidad experimento estando contigo en cuerpo y alma! 

Celebrar el Santo Sacrificio de la Misa donde Te haces presente y Te vuelves a entregar, a donar a todos y cada uno de nosotros, como lo hiciste hace más de dos mil años. En cada Eucaristía se revive ese momento donde el Amor de los Amores se hizo pan y vino para permanecer por toda la eternidad con estos hijos suyos que en demasiadas ocasiones nos olvidamos de que Estás siempre a nuestro lado. 

Llegar hasta la Mesa del Altar y comulgar Tu Bendito Cuerpo nos sirve como el alimento que sacia toda hambre y nunca caduca, llegar debidamente preparado mediante el Sacramento del Perdón de los pecados para albergar en mi cuerpo Tu Cuerpo que sale de las paredes del Tabernáculo para instalarse en las paredes de mi vida. 

El sagrario que te cobija es de oro, metal precioso hecho por el hombre para el hombre así como para dar la máxima dignidad y solemnidad a lo más valioso, ¿Y quién puede ser más valioso sino Tú? En cambio, Jesús, sales del Templo para instalarte y convertir mi cuerpo en sagrario temporal, pues dentro de mí está instalado Cristo Eucaristía. 

Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y le otorgó la máxima dignidad. Ese cuerpo creado por el Padre es donde, cada vez me acerco a comulgar, se alberga Jesús .

¡Qué Grande Eres Señor! ¡Y qué grande me haces siendo yo tan pequeño! 

Muchas pienso que si de verdad fuésemos conscientes de que Dios está cobijado dentro del Sagrario, si supiéramos del valor de este inmenso privilegio que es poder estar con Cristo día y noche escuchándole y conversando con Él desde ese silencio que impregna y envuelve todo, no nos moveríamos ni un sólo instante de Su Lado. 

Buen hermano disfruta de Jesús y con Jesús Presencia Viva que da Vida al hombre. ¡Dios te espera, no le falles! 

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo, que Dios te bendiga y, como diría nuestra hermana en la fe Cristina Llano, nos seguimos viendo en la Eucaristía. 

Jesús Rodríguez Arias

28 de noviembre de 2013

¿Por qué estoy en la red?



Ayer fue un día lluvioso y frío. Estaba trabajando en mi habitación cuando recibí un mensaje de Curas Online en el que se me preguntaba "¿por qué estás en la red?" y se me pedía que les enviara un vídeo breve con la respuesta.

Mientras lo pensaba he visto las rejas que están en mi ventana. Como vivo en un primer piso y mi habitación da a un patio interior, es necesario poner rejas para evitar las posibles intrusiones de extraños. Y con esa impresión he respondido a la pregunta tal y como podéis ver en el vídeo.

Después de habérselo enviado, me ha entrado algo de escrúpulos. ¡Quizá ese detalle de las rejas no tenía ningún sentido! ¡No vivo entre rejas! ¡Tampoco me siento así habitualmente! Luego me han venido a la memoria unas palabras que escribió san José María en su diario en los primeros años de la Obra y que recogió más tarde el venerable Álvaro del Portillo:
"Hay momentos en que -privado de aquella unión con Dios, que me daba continua oración, aun durmiendo- parece que forcejeo con la Voluntad de Dios. Es flaqueza, Señor y Padre mío, bien lo sabes: amo la Cruz, la falta de tantas cosas que todo el mundo juzga necesarias, los obstáculos para emprender la Obra, mi pequeñez misma y mi miseria espiritual... con querer eficaz... humanamente visto, no es poco: con luces sobrenaturales, es nada. Nada, ante la maravilla que supone este hecho: un instrumento pobrísimo y pecador, planeando, con tu inspiración, la conquista del mundo entero para su Dios, desde el maravilloso observatorio de un cuarto interior de una casa modesta, donde toda incomodidad material tiene su asiento. Fiat, adimpleatur. Amo tu Voluntad. Amo la santa pobreza, gran señora mía. Y abomino, para siempre, de todo lo que suponga, ni de lejos, falta de adhesión a tu justísima, amabilísima y paternal voluntad, seguro -soy tu hijo- de que la Obra surgirá pronto y conforme a tus inspiraciones. Amén. Amén". (Carta  del Prelado del Opus Dei, 19-III-1992, 54).
Y también me he acordado de esas páginas memorables en las que Jacques Philippe, describía el mundo interior de santa Teresita del Niño Jesús. A pesar de la estrechez o pequeñez de los lugares en que vivió, su vocabulario espiritual es impresionante: "horizontes sin fin", inmensos deseos", "océanos de gracias", "abismos de amor",  "torrentes de misericordia" y muchos más (Jacques Philippe, La libertad interior, Rialp, Madrid 2003, pp. 21-22).

Al saber que somos amados por Dios, nuestra vida adquiere una dimensión nueva y se abren efectivamente horizontes insospechados. Para eso no es necesaria la red. Es la gracia de Dios. Es muy elocuente el título con que Religión en Libertad expresa la conversión de un estadounidense: "le convirtió la belleza del catolicismo, que hizo acogedor el cuartucho en que vivía, tras divorciarse". El amor hace nuevas todas las cosas y "el tiempo es superior al espacio", como nos ha vuelto a recordar el Papa en la Evangelii Gaudium 22:
Hay una tensión bipolar entre la plenitud y el límite. La plenitud provoca la voluntad de poseerlo todo, y el límite es la pared que se nos pone delante. El tiempo -ampliamente considerado-, hace referencia a la plenitud como expresión del horizonte que se nos abre, y el momento es expresión del límite que se vive en un espacio acotado. Los ciudadanos viven en tensión entre la coyuntura del momento y la luz del tiempo, del horizonte mayor, de la utopía que nos abre al futuro como causa final que atrae. De aquí surge un primer principio para avanzar en la construcción de un pueblo: el tiempo es superior al espacio.
 No es necesaria la red para hacer que el instante en que vivimos tenga valor de eternidad, pero qué duda cabe que las experiencias de la evangelización en la red nos hacen conscientes de una manera práctica de esa verdad que conocemos por la fe. Por eso estoy en la red.

Joan Carreras del Rincón

27 de noviembre de 2013

Como quien comparte una alegría



"Los cristianos tienen el deber de anunciar el Evangelio sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable" (Evangelii gaudium, 14).

Una frase estupenda. El cristiano tiene la misión de predicar el Evangelio de Cristo, que es la exigencia misma: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará" (Mc 16, 15-16). El gran error consiste en comunicar el Evangelio con el espíritu de un esclavo, que sólo cree por temor a condenarse y, desde esa penosa y miserable situación, predica no el Evangelio de Cristo sino sus miedos y su mezquindad. El deber y la exigencia está en quien predica; en cambio a la persona a la que se anuncia el Evangelio sólo cabe mostrarlo en la verdad del don ofrecido: alegría, horizonte, banquete. El Evangelio sólo es exigente para el que ha creído en él... o para el que lo ha recibido íntegramente y lo ha rechazado. Pero esto último sólo Dios puede decirlo.


Joan Carreras del Rincón

26 de noviembre de 2013

Una Vida Consagrada Enteramente Al Servicio De Jesús

“San José ha sido llamado por Dios a servir directamente a la persona y a la misión de Jesús, mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo coopera en la plenitud de los tiempos al gran misterio de la redención y es verdaderamente ministro de la salvación” (RC 8). Ejerciendo su paternidad para con Jesús es ministro de la salvación. “Su paternidad se ha expresado concretamente en haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le va unida, en haber usado de la autoridad legal que le correspondía sobre la Sagrada familia para hacerle total donación de sí, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana al amor doméstico en la sobrehumana oblación de sí, de su corazón y de toda capacidad, en el amor puesto al servicio del Mesías, germinado en su casa” (RC 8).

Servir José directamente a la persona y a la misión salvadora de Jesús mediante el ejercicio de paternidad es una misión sublime y una dignidad augusta que exigen unas disposiciones y unas virtudes especiales. Por eso “como no es concebible que a una misión tan sublime no correspondan las cualidades exigidas para desarrollarla adecuadamente es necesario reconocer que  José tuvo `para con Jesús ´por especial don del cielo todo aquel amor natural, toda aquella afectuosa solicitud que el corazón de un padre pueda conocer”(RC 8)

Alguien pudiera pensar que si San José no estuvo presente a la pasión y muerte de Cristo en la cruz ¿cómo se puede afirmar que cooperó a la salvación de los hombres, cuando esta se realiza precisamente por la pasión, muerte y resurrección de Jesús, pues San José para entonces ya había muerto? El B. Juan Pablo II, previendo esta dificultad, escribe: “La vía propia de José, su peregrinación de la fe concluirá antes,  es decir, antes que de María  se detenga ante la cruz del Gólgota… Sin embargo, la vía de la fe de José sigue la misma dirección, queda totalmente determinada por el mismo misterio del que él, junto con María,  se había convertido en el primer depositario”  por que  “la encarnación y la redención constituyen una unidad orgánica e indisoluble en la que la `economía  de la revelación se realiza con palabras y obras intrínsecamente connexas entre sí. Precisamente por esta unidad el Papa Juan XXIII  que alimentaba una gran devoción por San José estableció que en el canon romano de la Misa, memorial perpetuo de la redención, se incluyera su nombre junto al de maría, y antes de los apóstoles, de los sumos Pontífices y de los mártires”(RC 6).

Por esta unidad orgánica e indisoluble todas las acci0ned de Cristo son salvíficas y redentoras. “El crecimiento de Jesús en sabiduría, edad y gracias (Lc 2,51) de desarrolla e ámbito de la Sagrada Familia, a la vista de San José que tenía la alta misión de `criar´, esto es de alimentar, vestir e instruir a Jesús en la Ley y en un oficio, como corresponde a los deberes propios del padre” (RC 16). Pues bien, todos los actos de Jesús en esta crianza, religiosos, culturales, humanos son acto de salvación. “De hecho la salvación que pasa a través de la humanidad de Jesús, se realiza en los gestos que entran en la cotidianidad de la vida familiar, respetando aquella `condescendencia´ inherente a la economía de la encarnación” (RC 8).

Si la salvación se realiza en los gestos de la vida familiar de Jesús,”toda la vida privada o `escondida´ de Jesús ha sido confiada a su custodia (de san José) (”RC 8) y está sometida a él. San José es ministro de la salvación consagrando a Jesús toda su vida en sumisión de padre.

De hecho el Papa recorre algunos de los hechos más destacados de la vida familiar de José con Jesús: el censo, el nacimiento den Belén, la circuncisión e imposición del nombre, la presentación en el templo, la huida a Egipto y la pérdida del Niño en el templo. Y en dos de ellos explícitamente afirma que  José es el ministro de la salvación: en el nacimiento, “como depositario del misterio escondido desde los siglos en la mente de Dios y que comienza a realizarse ante sus ojos en la plenitud de los tiempos, José es junto con maría en la noche de Belén testigo privilegiado de la venida de Dios al mundo” (RC 10). Y en la huida a Egipto, “así como  Israel había tomado la vía del éxodo, en condición de esclavitud para iniciar la antigua alianza, así José, depositario y cooperador del misterio providencial de Dios, custodió también ene. destierro a aquel que realiza la nueva Alianza” (RC 34).


                                                                       P. Román Llamas, ocd

24 de noviembre de 2013

Nos vemos en la Eucaristía

José-fina Rojo ha diseñado un logo precioso que expresa uno de los lemas de los blogueros con el Papa. No se trata de un lema oficial.

"Nos encontramos en la Eucaristía" es un deseo profundo con el que Tarihatzi -apodo de Cristina Llano- lleva años despidiéndose de cuantos interlocutores encuentra en la Red. No sé si es por la insistencia con que lo usado o por la fuerza del deseo de ser fuente de comunión bloguera o por la profundidad del mensaje, que expresa el fundamento de toda comunión de personas, el caso es que cada vez son más los blogueros que la imitan usando ese lema o coletilla final.

Si no me equivoco, Cristina suele decir "nos encontramos en la Eucaristía". Joséfina, en cambio, ha preferido otra versión "nos vemos" que es análoga.

Ciertamente, "nos vemos en la Eucaristía" es una frase equívoca, porque permite acentuar dos significados distintos pero complementarios. Y quizá por eso es más acertada.

Por una parte, parece la despedida de unos parroquianos con que se citan recíprocamente para volverse a ver en la celebración eucarística. Es allí donde se ven y se encuentran. Allí es donde quedan para celebrar juntos el misterio de nuestra fe católica. La Eucaristía es la vida de la Iglesia y lógicamente lo es también de cada uno de sus miembros. Vivimos por y para la Eucaristía.

En este sentido, "nos vemos en la Eucaristía" porque es allí donde nos encontramos. Es más, o nos encontramos en la Eucaristía o no nos encontraremos nunca.

Por otra parte, "nos vemos"  subraya  el sentido de que allí es donde, quienes se despiden, se reconocen como feligreses de una misma Iglesia. Pueden verse como hermanos, porque la suya es la comunión de Cristo, expresada en la Eucaristía.

Ya sólo por estas consideraciones valía la pena escribir este post. Pero el motivo principal por el que me he animado a hacerlo es porque este lema o slogan puede producir en algunas personas un dolor. Me lo dijo una vez un amigo mío, que vive en una situación matrimonial irregular y que no puede acercarse a la comunión sacramental. Estas palabras le producen mucho dolor. Sería algo así como poner el dedo en la llaga abierta o como estar comiendo copiosamente ante la presencia de un muerto de hambre. Quien usa esta expresión no pretende ni remotamente producir ese sufrimiento en quien lo escucha, pero de hecho así puede suceder. Aquél le desea algo muy bueno... pero el otro piensa para sus adentros: "sí, eso quisiera yo, pero no podremos vernos allí, porque yo no puedo comulgar".

Es perfectamente comprensible este dolor. Y no creo que lo que yo escriba a continuación pueda servir para eliminarlo del todo, pero sí espero que por lo menos pueda paliarlo de algún modo.

La Eucaristía y la Comunión no son palabras equivalentes. La Eucaristía es la fuente de la Comunión y de toda comunión de personas, porque es la Vida de la Iglesia -tanto dentro como fuera de sus límites visibles-, puesto que la salvación de los hombres nos llega a través de ella. La Eucaristía no es otra cosa que la celebración del misterio pascual de Cristo. Los teólogos suelen hablar de esos tres aspectos de la Eucaristía: como sacramento, sacrificio y comunión.

En la práctica, muchos fieles reducen todo a un significado muy personal: "recibir la comunión sacramental", es decir, comulgar. Ciertamente para ellos ese momento es el decisivo y, por eso, se sienten excluidos e incluso rechazados por la Iglesia. Sin embargo, lo importante no es recibir sacramentalmente a Jesús sino estar realmente en comunión con Él. Es decir, lo importante no es el signo sino lo significado. La prohibición de comulgar tiene un fundamento jurídico: siendo el matrimonio signo de la Eucaristía, es decir, de la unión esponsal de Cristo con su Iglesia, quien vive en situación irregular se encuentra en una contradicción objetiva.
"La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio" (Familiaris consortio, 84).
No es por una razón moral ni mucho menos penal. No se difama a nadie por excluirlo de la Comunión eucarística. Son dos hechos públicos y exteriores que entran en conflicto: la Eucaristía no encuentra correspondencia con la vida sexual del fiel que está en situación matrimonial irregular. La contradicción no tiene por qué ser necesariamente subjetiva. La vida es tan complicada que son infinitas las situaciones y la valoración moral que deba atribuirse a cada una.

Precisamente por eso, y también por la Misercordia divina, la Iglesia que es Madre no cesa de insistir a sus hijos a que no consideren excluidos de la comunión divina y eclesial. Particularmente significativas son las declaraciones de los dos últimos Papas:

En el año 2005, el Papa Benedicto XVI se extendió sobre este tema en un famoso discurso dirigido al clero del valle de Aosta, al que pertenecen estas palabras:
"Aunque no pueden acudir a la Comunión sacramental, no están excluidos del amor de la Iglesia y del amor de Cristo. Ciertamente, una Eucaristía sin la Comunión sacramental inmediata no es completa, le falta algo esencial. Sin embargo, también es verdad que participar en la Eucaristía sin Comunión eucarística no es igual a nada; siempre implica verse involucrados en el misterio de la cruz y de la resurrección de Cristo. Siempre implica participar en el gran Sacramento, en su dimensión espiritual y pneumática; también en su dimensión eclesial, aunque no sea estrictamente sacramental". 
Más recientemente, Francisco tuvo una rueda de prensa en el avión en que regresaba a Roma después de la celebración de la JMJ de Río de Janeiro '13.
"Es un tema que vuelve siempre. Creo que ha llegado el tiempo de la misericordia, este cambio de época en el que hay muchos problemas incluso en la Iglesia, incluso en el testimonio no tan bueno de algunos sacerdotes. El clericalismo ha herido a mucha gente y hay que ir a curar a estos heridos con la misericordia. La Iglesia es mamá, y en la Iglesia se debe encontrar misericordia para todos. Y no hay que esperar a los heridos, hay que ir a encontrarlos. Creo que ha llegado el momento de la misericordia, como había intuido Juan Pablo II que instituyó la fiesta de la Divina Misericordia. Los divorciados pueden hacer la comunión, son los divorciados en segunda unión los que no pueden. Hay que ver el tema en la totalidad de la pastoral matrimonial. Abro un paréntesis: los ortodoxos, por ejemplo, siguen la teología de la economía y permiten una segunda unión. Cuando se reúna el grupo de los ocho cardenales, en los primeros tres días de octubre, trataremos sobre cómo seguir adelante en la pastoral matrimonial. Estamos en camino para una pastoral matrimonial más profunda. Mi predecesor en Buenos Aires, el cardenal Quarracino, siempre decía: “Para mí, la mitad de los matrimonios son nulos, porque se casan sin saber que es para siempre, porque lo hacen por conveniencia social, etc...”. También debemos estudiar el tema de la nulidad" (Rueda de prensa en el avión).
En definitiva, con este post querría ser de consuelo para todos aquellos que sufren al oír las palabras "nos vemos en la Eucaristía". Este puede ser también su lema, porque realmente lo que en él se significa es la comunión de los santos, incoada aquí en la Tierra y plenamente consumada en el Cielo cuando Cristo sea todo en todos.

Joan Carreras

23 de noviembre de 2013

La marcha no se para, sigue como la vida misma



No todos podemos hacer lo mismo. También, no todos hemos recibido los mismos talentos. Lo importante y lo que se nos pide es responder en la medida de lo que hemos recibido. Sin embargo, la vida la hemos recibido todos, pero hay muchos inocentes que, antes que puedan defenderse por sí mismos, sus vidas les son arrebatadas por egoísmos, por intereses económicos, hedonistas y mucho más.

La vida es un derecho fundamental, y una oportunidad para invertir esos talentos recibidos en favor de los demás. ¿A quién no le gustaría colaborar y participar en el bien común?

Y todos podemos hacer cosas por extender y proclamar la cultura de la vida. Quién no pueda moverse o hacer nada, puede rezar. Y no sé si hay algo mejor al margen de todo lo que se pueda hacer. Hay una oración que en la campaña "40 días por la Vida desde Perú" se reza todos los días mientras dura la campaña. 

¿Podemos imaginarnos a todos los "Blogueros con el Papa " y sin ser blogueros con el Papa, rezando unidos para que el respeto a la vida sea integro y total?

Yo me he acostumbrado a rezarla todos los días. Tú, Bloguero con el Papa también puedes hacerlo. No obstante ha sido un Papa quien la ha ofrecido.

Oración para todos los días
 
ORACIÓN ECUMÉNICA
 
  OH Señor,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Padre el número inmenso de niños
a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de tu Nombre. Amén

ORACIÓN POR LA VIDA
 
Oh María, aurora del mundo nuevo,
Madre de todos los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira Madre el número inmenso de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu hijo sepan anunciar con firmeza y
amor a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.

Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia,
para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
Amén.

Juan Pablo II
Encíclica: Evangelium Vitae sobre el Valor y el Carácter Inviolable
de la Vida Humana

20 de noviembre de 2013

Mis caminos, vuestros caminos



Hay dos textos de las Sagradas Escrituras que querría hoy comentar y compartir con vosotros.
“Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos -oráculo de Yahvé-. Porque cuanto aventajan los cielos la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros, y mis pensamientosa los vuestros.” (Isaías 55, 8-9).
"El Verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros" (Jn 1, 14).
Puede parecer que guarden poca relación e incluso que sean contradictorios o incompatibles. En el primero, en nombre de Dios, el profeta declara la distancia infinita que separa la santidad divina de la naturaleza de cualquier criatura creada por Él y en especial de la vida y de los caminos de los hijos de Adán, que vagan errantes por la Tierra. A la distancia propia de la criatura, los hijos de la ira añaden además otro abismo de iniquidad que puede parecer insalvable y que explica la afirmación de Isaías. 

Sin embargo, estas palabras suelen ser interpretadas erróneamente cuando se aventura a señalar que los caminos de Dios "nada tienen que ver" con nuestros caminos. Sería una interpretación hasta cierto punto justificada si tuviéramos sólo en cuenta la revelación divina veterotestamentaria. ¿Acaso no consiste el pecado del hombre en esa continua aspiración a apoderarse del solio de Dios y de plegar su voluntad a la de sus proyectos megalómanos? Dios tendría necesidad de poner tierra entre medio y de distanciarse en defensa de su libertad. 

Sin embargo, esa interpretación sería sólo hasta cierto punto justificada. En el Antiguo Testamento Dios prepara el camino real, su Camino definitivo para que un día lo puedan recorrer todos los hombres de buena voluntad. A través de signos y figuras, Dios muestra su gran amor amor y predilección por los hombres, a los que sigue amando a pesar de todas sus rebeliones e infidelidades. En el desierto, durante el Éxodo, el pueblo de Israel fue testigo de la presencia gloriosa de Dios que había hecho su morada en medio de ellos. Efectivamente, la tienda del encuentro y la nube son los mejores signos de esa voluntad divina. Y a estos signos remite san Juan al hablar de la Encarnación del Verbo, quien siendo una sola carne con nosotros los hombres (Gn 2, 24) ha puesto su morada entre nosotros. 

Son muchas las consecuencias que se deducen de esta maravillosa iniciativa divina. Ahora, desde que estamos en la plenitud de los tiempos, no es verdad del todo que los caminos de Dios no sean nuestros caminos. En cierto sentido, puede y debe decirse que nuestros caminos son los suyos. El Beato Juan Pablo II escribió en su primera encíclica estas palabras que ahora transcribimos. La Encarnación significa haberse unido al hombre, pero...
...«no se trata del hombre 'abstracto', sino del hombre real, del hombre 'concreto', 'histórico'. Se trata de 'cada' hombre... en su única e irrepetible realidad humana (...). El hombre tal como ha sido "querido" por Dios, tal como El lo ha "elegido" y eternamente llamado, destinado a la gracia y a la gloria, tal es precisamente "cada" hombre, el hombre "más concreto", el "más real"; éste es el hombre, en toda la plenitud del misterio, del que se ha hecho partícipe en Jesucristo, misterio del cual se hace partícipe cada uno de los cuatro mil millones de hombres vivientes en nuestro planeta, desde el momento en que es concebido en el seno de la Madre» (Redemptor hominis, 13). 
En los planes de Dios, esta unión efectiva de Cristo con cada hombre se realiza a través de la Iglesia, pues ella es en el mundo como un sacramento universal de la salvación. Esta solicitud de Dios por cada persona no es abstracta, sino que actúa a través de los cristianos -hijos de Dios y de la Iglesia- y debe de llegar hasta los confines del mundo. El 18 de septiembre el Papa Francisco pronunciaba estas palabras en las que se refería a la Iglesia como madre:
“La Iglesia es así, es una madre misericordiosa, que entiende, que siempre trata de ayudar, de alentar; incluso cuando sus hijos se han equivocado y se equivocan, no cierra nunca las puertas de la Casa; no juzga, sino que ofrece el perdón de Dios, ofrece su amor que invita a retomar el camino, incluso en aquellos hijos que han caído en un profundo abismo, no tiene miedo de entrar en su oscuridad para darles esperanza”.
Si nuestros caminos son ahora los caminos de Dios, también nosotros debemos encontrarnos con nuestros hermanos los hombres cuando sus caminos y los suyos se cruzan. Quizá en un momento de descanso, entonces, hablaremos cada uno de la trayectoria que sigue, de las incidencias del viaje, de nuestras ilusiones y de nuestras esperanzas.

Nuestros blogs son también un trasunto de este entrecruzamiento de las vidas. ¡Cuánta gente llegamos a conocer mientras llevamos adelante las publicaciones de nuestros post!

¡Mi camino, vuestro camino!


Joan Carreras del Rincón



19 de noviembre de 2013

San José Evangeliza Por La Oración Y La Vida

Sin duda el medio más eficaz de evangelización es la oración, que es amar, y unida al sacrificio, todo lo alcaza de Dios. Es el caso ejemplarizante de Santa Teresita del Niño Jesús que desde el retiro y soledad en su convento de Lisieux convirtió muchas más almas que muchos misioneros juntos.

Que duda cabe que San José con su oración y súplica a su Hijo, a cuya izquierda esta sentado, contribuye más a la evangelización de los pueblos que todos los santos juntos, exceptuada la Virgen María. Si ayuda en todas las necesidades, la necesidad de la  evangelización es de primer orden en la Iglesia, cuya identidad más profunda es precisamente evangelizar. Ay de la Iglesia si no evangelizare.

Y con la oración la vida, que es toda ella oración, orad sin interrupción, nos dice Jesús, y de esto sirve la oración de que nazcan siempre obras, obras de virtudes fuertes y sólidas. San José evangeliza con el testimonio de su vida santísima. “La Iglesia, además de en la certeza de su segura y omnipotente intercesión a su Hijo, cree y confía en el ejemplo egregio y valiosísimo  de su vida, un ejemplo que supera los estados particulares de vida y propone a toda la comunidad cristiana cualesquiera que sena las condiciones de cada fiel” (RC 30). ¿No es el primer evangelizador, preparando a Jesús con su custodia amorosa y su servicio continuo como Salvador del mundo, e imponiéndole el nombre de Jesús, que significa perdonador de todos los pecados?

La evangelización se lleva  acabo principalmente con la vida, con la santidad de vida de cada día, más que con las palabras. Las palabras pasan, los testimonios permanecen. El Papa Francisco en la homilía pronunciada en la Basílica de San Pablo extramuros (14.4.2013) dijo que el anuncio del Evangelio no consiste sólo en palabras sino que la fidelidad a Cristo entra en la vida que queda transformada, recibe una nueva dirección y es , precisamente, nuestra vida con la que damos testimonio de la fe y del amor a Cristo. Vivida en lo cotidiano de las relaciones de familia, de trabajo, de amistad. Hay santos del día a día,  los santos ocultos, una especie de clase media de santidad, como decía un escritor francés, de la que todos podemos formar parte. Y recuerda el dicho de San Francisco a sus frailes: Predicad el Evangelio, si fuese necesario también con la palabra.

Es el caso de San José. Él no predica con la palabra, pues el Evangelio no nos conserva palabras suyas, , bueno solo una: Jesús: que las resume todas y en la que se encierran todas las gracias y bendiciones de Dios Padre y, cuando José la pronunció en la circuncisión del Niño, hace intención de que se perdonen todos los pecados del mundo, que esto significa el nombre de Jesús, como le dijo ele ángel cuando le anunció     que se lo impusiese al hijo que iba a nacer de su esposa la Virgen María.

José evangeliza con sus obras. Todas sus obras están al servicio de Jesús,  cuyas acciones todas, son obras salvadoras y redentoras. Lo fueron en su vida y lo siguen siendo ahora mismo. Como dice Pablo VI, citado por la Redemptoris Custos. “además la Iglesia lo invoca como  protector con un profundo y actualísimo deseo de hacer florecer su terrena existencia con genuinas virtudes evangélicas, como resplandecen en San José.” (RC 30).

La Iglesia pide a san José, a quien confía los primeros  misterios de la salvación de los hombres, , “ que le conceda colaborar fielmente en la obra de la salvación, que le dé un corazón puro, como San José que se entregó por entero a servir la Verbo Encarnado y que por el ejemplo y la intercesión de San José, servidor fiel y obediente, vivamos siempre consagrados en justicia y santidad”( RC 31).

San José con el ejemplo de su vida, cooperando a la obra salvadora de Cristo, cuyos frutos se aplican hoy a los cristianos y a todos los hombres, está colaborando a la santidad de la Iglesia, a la salvación de la misma y con el olor de sus virtudes sencillas y evangélicas, pero heróicas,  nos está estimulando a vivir nuestra vide de hijos de Dios, esta colaborando a la aplicación de los frutos de la redención a todos los hombre, esta colaborando a nuestra salvación, a que vivamos en santidad y justicia. Y estoee evangelizar.

Podemos decir que San José, como decimos de María, que con sus virtudes evangélicas sencillas, pero heróicas, es un evangelio viviente, un evangelio testimonial de vida.

Con el ejemplo de sus virtudes, auténticamente evangélicas, con el testimonio de su vida singular de servicio a Jesús y de María y en unión con ellos, atrae a la fe a los no creyentes, como atrajo poderosamente  a aquellos primeros convertidos de México y otras naciones de América.                                       


                                               P. RománLlamas,ocd             

17 de noviembre de 2013

Derecho a Vivir




Todo el mundo mira a España con esperanza. Sí, con una esperanza porque juntos - si seguimos trabajando duro para influir en la opinión pública y en el Gobierno - podemos conseguir que el derecho a la vida triunfe en nuestro país. Ese es el mensaje que te dirige el gran defensor del derecho a vivir de todos, el famoso actor Eduardo Verástegui, junto al cortometraje que te envío ahora: Crescendo.

En este DVD podrás revivir la apasionante historia -real- de una madre con tuberculosis que en unas circunstancias muy duras perdió a su primer hijo apenas fue bautizado. El destino hizo que esta mujer volviera a quedar embarazada y que su dramática situación personal (su marido alcohólico la maltrataba) le empujara a querer abortar.

Afortunadamente al final decidió seguir adelante con su maternidad y, hoy en día, la humanidad puede disfrutar de uno de los mejores músicos de la historia. Este es un claro ejemplo de cómo en la vida, a veces, las notas discordantes pueden transformarse en notas armónicas para crear una nueva sintonía. 

Y ese es el reto que tanto tú como yo, como nosotros y como toda la sociedad española tenemos delante: ayudar a miles de mujeres en dificultades a seguir adelante con su embarazo, para que puedan crear una nueva sinfonía a favor de la vida.

Creemos y estamos seguros de que podemos derogar la ley del aborto y conseguir que se apruebe una ley que proteja el derecho a la vida. Además, el ministro de Justicia y la vicepresidenta del Gobierno han afirmado en repetidas ocasiones que esta reforma está en su agenda. El problema es que parece que solo está en su agenda y nunca lo convierten en un proyecto de ley concreto.

Pero está en nuestra mano exigir al actual Gobierno que apruebe cuanto antes el proyecto de ley de la reforma del aborto tan anunciado, que no acaba de llegar. Y que ese proyecto sirva de verdad para proteger la vida de todos los seres humanos, y no sea una nueva ley de aborto ligeramente retocada.

Derecho a vivir.

Blogueros con el Papa apoya esta marcha y se une, tanto en la presencia de todos aquellos que se hacen presente en las diferentes marchas que se realizan, como las que no pudiendo asistir se unen espiritualmente a las mismas. De todas formas nuestras oraciones estarán pidiendo luz a los hombres para que reconozcan que la vida es un derecho inviolable de toda persona humana.

15 de noviembre de 2013

Las Hermandades en la Red.

Cada época la marca Dios para que caminando junto a Él vayamos evolucionando.

Ayer me decía la madre de Hetepheres lo que había cambiado el mundo en tan solo 80 años. Cuando era niña hasta el clima era distinto, había luz pero no tantos artilugios eléctricos, gustaba de viajar en bicicleta cuando tenías que desplazarte a un cercano pueblo aunque lo que no ha cambiado es la manera de vivir la fe, sí la forma no el fondo, porque antes se rezaba y se compartía en tu micro-universo, que era tu casa, tu pueblo y poco más, y ahora se reza y evangeliza en un mundo globalizado donde una breve reflexión llega a los confines de la Tierra con solo pulsar un botón.

Soy cofrade desde muy joven, petenezco a esta vía de apostolado que llevan ímplicitas las Hermandades y Cofradías y puedo decir con verdadero orgullo que supone un alto honor desarrollar mi vocación como cristiano, como católico comprometido, por medio de este carisma en la Santa Madre Iglesia.

Las Hermandades son Instituciones que tiene como alto fin el darle culto interno y externo a Dios por medio de imágenes sagradas que representan a Jesús y a María que bajo las distintas advocaciones representan a un misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo así como a las Glorias de María o de santos de gran arraigo devocional.

Los patrimonios esenciales de una Hermandades se pueden contabilizar en tres: El cultual o espiritual, el humano y el artístico. A los tres hay que cuidar con esmero y dedicación.

Las Hermandades y Cofradías, que atesoran siglos de antigüedad, ejercen una encomiable labor apostólica, apologética, formativa y caritativa considerando muy importante el día en el cual salen a la calle, abandonando las paredes del Templo, para realizar pública y necesaria protestación de fe. Es de gran valor y coherencia el poner en la calle la imagen de un nazareno, un crucificado, en definitiva, del Hijo de Dios hecho Hombre que por nuestra Salvación bajó de los Cielos para ser víctima del escarnio, del martirio, de la ignominiosa muerte y que con Su Resurrección nos salvó a todos y nos indicó el verdadero Camino de la Redención. Cuando los “poderes” del mundo quieren quitar a Dios del ámbito público somos, precisamente, los cristianos y concretamente en el caso que nos ocupa los cofrades los que ponemos a Cristo en medio del mismo.

Las HH. y CC. tan antiguas por fecha de fundación, tan tradicionales por mantener una liturgia solemne para sus Misas y demás cultos internos, tan características según la ciudad y región de donde son oriundas donde se puede mezclar el barroquismo propio de Andalucía con la sobriedad de las tierras castellanas y, a su vez, también tan avanzadas en los tiempos pues pocas hay que no tengan, como el mayor y mejor escaparate, una página web o un blog institucional.

Sabedores de que estamos en un mundo cada vez más globalizado, donde todos los cristianos tenemos la misión apostólica de evangelizar, también en la red, el utilizar este tipo de herramienta es muy importante y primordial.

Todos los hermanos estamos interconectados con nuestra Hermandad, residamos donde residamos, porque la misma inserta todas las noticias, todos los cultos, todos los actos que programa. Gracias a los diversos sitios-web todos estamos informado puntualmente de todo.

Hay casos muy concretos, no tanto de Hermandades sino de otros órganos que rodean a las mismas, que tienen su propia página aunque no está actualizada o en permanente estado de “construcción”. Como dijo Fray Nelson Medina en el pasado III Encuentro Internacional de “Blogueros con el Papa” celebrado en Valladolid en cuanto a los blog o portales que no son actualizados en años entran dentro del gran “cementerio de la red”. Estos casos existen, son mínimos, y dan sesación de dejadez, de no importarles en demasía la forma en la que todos nos comunicamos al día de hoy.

Ahora bien, todos los cristianos que ejercemos nuestra misión en un particular carisma o por medio de un determinado apostolado debemos estar más unidos, estar al tanto de las diferentes iniciativas que se programen o proyecten haciéndonos eco de toda noticia que generen pues la misma puede interesar, y mucho, en cualquier parte del mundo.

Soy cofrade y bloguero. Dos apostolados, dos carismas y una misma misión: ¡Evangelizar! Por eso animo, por medio de este post, que las distintas Hermandades y Cofradías se anexionen en directorios católicos, y más concretamente, en “Blogueros con el Papa” porque así podemos difundir todas nuestras noticias, todos nuestros actos cultuales, todas nuestras iniciativas no solo para nuestros hermanos cofrades y personas interesadas en el tema sino a millones de católicos desperdigados por todo el mundo a los cuales dicha información no solo puede interesar sino ayudar.

Estamos obligados a “echar las redes en la red” y los cofrades con nuestro particular apostolado, con nuestra idiosincrasia, también podemos hacer pública protestación de fe por medio de la llamada evangelización en la red.

La misión, no lo dudéis, es apasionante y el esfuerzo vale la pena.

Recibid, mis queridos hermanos, un fuerte abrazo y que Dios os bendiga.

Jesús Rodríguez Arias

13 de noviembre de 2013

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Ing. Industrial y Master en E-learning. Profesor Universidad de Cádiz (España) Costarricense. Prof. universitario de Arquitectura de Computadores, Master en TICS y educación. Bloguero y presidente de la asociación Blogueros con el Papa.

12 de noviembre de 2013

La Muerte De San José

Dice un dicho: cual es la vida tal es la muerte. La vida de san José es la vida de mayor amor después de la Virgen María y en unión con ella. Sí, después del amor de María no hay amor de hombre mortal que haya subido a tanta altura y perfección como el de San José, muy por encima del amor de todos los ángeles y santos y el más cercano al sublime amor de la Virgen. Un amor semejantísimo al de María, pues tenía un alma semejantísima a la de ella  como dice San Bernardo.. Podemos decir que toda su vida fue puro, perfecto y cabal amor. Su muerte tuvo que ser puro amor.

No sabemos cuando ni cómo murió San José. Nada nos dice le Evangelio, como tampoco nos dice nada da la muerte de al Virgen María. Todos los entendidos dicen que murió antes de la vida pública de Jesús, pero sin poder precisar más la fecha, pues no aparece San José en ningún momento de la misma y cuando muere encomienda a su madre al apóstol San Juan, lo que no hiciera si todavía estuviese vivo su esposo San José.

Nada sabemos de la fecha, nada sabemos de los detalles de su muerte. Guiados por la enseñanza de los místicos y por los más nobles sentimientos y conjeturas podemos afirmar lo siguiente. San José murió de amor, de lo que había vivido. San Juan de la Cruz, hablando de las almas que han llegado al grado de matrimonio espiritual en el camino de la santidad: escribe: “De adonde es de saber que el morir natural de las almas que llegan a este alto estado, aunque la condición de su muerte en cuanto al natural es semejante a la de los demás, pero en la causa y en el modo de la muerte hay mucha diferencia…Estos, aunque en enfermedad mueran o en cumplimiento de edad, no las arranca el alma sino algún ímpetu y encuentro de amor, mucho más sentido que los pasados y más poderosos y valeroso, pues pudo romper la tela y llevarse la joya del alma…, su muerte es muy suave y muy dulce, más que les fue toda la vida, pues mueren con más subidos ímpetus y encuentros sabrosos de amor, siendo ellos como el cisne que canta más dulcemente cuando muere” (Ll 1,30).          

De un ímpetu poderoso y fuerte de amor murió San José, máxime estando con él su amadísimo Hijo y su queridísima esposa, más que capaces de arrancar el alma en un encuentro de amor, porque allí estaban ellos acompañándole y despidiéndole.¿Quién será capaz de imaginar la tierna despedida de su padre y esposo San José y los dulces consuelos que le darían, sabiendo los abismos de amor mutuo que había en los corazones de los tres? Se amaban íntima, tierna y extremadamente con dulcísimo amor. Purísimo amor. En la representación de la muerte de San José siempre aparecen los dos desvelados por él, dándole lo mejor de su corazón ¡y era tanto!

San José murió en brazos de Jesús, su Hijo. Tomó, pues, Jesús en sus brazos al agonizante José y reclinando este su cabeza sobre el pecho amoroso de su Hijo, entregó su espíritu al Señor por la vehemencia de un ímpetu de amor celestial.  ¡Qué muerte más dulce! ¡Qué felicidad! ¡Qué amor! Los brazos de Jesús, que acogieron  a su padre en los últimos momentos fueron  su mejor tesoro y el mejor y más dulce don. El que le había acogido en los suyos de niño tantas veces siente el calor de los brazos de su Hijo Jesús en sí mismo.. Le cerró los ojos con sus propias manos y celebró su entierro junto con María la esposo de José con filiales lágrimas –había  llorado por su amigo Lázaro muerto-  y le dio digna sepultura en el sepulcro de sus antepasados.

Juan Gersón describe con estas palabras esos últimos momentos de la vida de San José. “Había de llegar el día que te preparase con la muerte / la vida eterna, ¡oh justo José! descendiente ínclito de David. / Está Cristo con su madre piadosa, a quienes había servido de oficio, / y consuelan con rostro plácido al que se va./ Aunque el amor natural se colmase hasta  el límite / de lágrimas nacidas de lo más íntimo, y es necesario creerlo así, / que Jesús lloró a su padre y la Virgen benigna a su esposo, / esta se inclinó sobre el lecho amado de su fiel custodio / y abrazándole, le besa con labios puros. Esposo mío, exclama, / ¿te me vas? ¿Me abandonas y dejas viuda para padecer terriblemente? / Se haga con todo el querer de Dios; amado mío, adiós. / Nada temas, pues Jesús te colocará en un sitio tranquilo. / Inmediatamente José descansó con una muerte preciosa”. (josefina, dist. 12).

A Santa Teresa se le atribuye el dicho de que San José murió de puro amor de Dios. Así lo afirma también San Francisco de Sales: San José, “un justo que tanto había amado en la vida, sólo podía morir de amor; de donde sucedió que no pudiendo su alma  amar  a su querido Jesús entre las distracciones de esta vida con toda la intensidad y fuerza apetecibles, y habiendo cumplido el servicio a que había sido destinado, no le faltaba  sino decir al Padre celestial: Oh Padre, ya he cumplido la obra que me confiaste (Job 17,4)” (Tratado del amor de Dios, l. VII, c. 13)

Y este es el sentir de todos los autores y devotos de san José. San José murió de un ímpetu de amor divino. Y por esta muerte preciosa de amor en brazos de Jesús y María, San José es patrono y abogado de la buena muerte. Él vela especialmente por los moribundos. Patrono de la Iglesia universal, lo es particularmente de estos miembros de la misma que están a punto de partir para el encuentro con el Padre. Les ayuda, les protege, les asiste, les consuela en esos momento tan duros para la naturaleza. Es un consuelo saber y creer que tenemos un poderoso y buenísimo abogado en aquella hora especial de partir para el Padre.     


                                                                                  P. Román Llamas, ocd

11 de noviembre de 2013

Nadie rehúsa vivir

Si puedes acompáñales

La vida es algo tan unido al hombre que sin vida no hay hombre, y sin hombre no hay vida. No se me ocurre otra forma de decirlo. Ambos están tan unido que quitar la vida a un hombre es quitarle su propia esencia y su dignidad, porque la vida es un derecho que tiene el hombre y nadie puede privarle de ella.

Tim O'Brien escribió en 1990 "Las cosas que llevaban los hombres que lucharon", una novela sobre la supervivencia de un soldado. En la guerra, la línea que separa la vida de la muerte es más tenue que nunca. Aparte de la carga de su mochila, el soldado lleva su memoria, fantasmas del pasado, amuletos, objetos triviales que no le permitan olvidar que hay otra vida más allá de la guerra. 

En el capítulo "Amigos" habla de cómo Dave Jensen y Lee Strunk intimaron en el campo de batalla y se confiaron sus vidas, "hicieron el pacto de que si uno de los dos resultaba gravemente herido - como para tener que ir en silla de ruedas-, el otro, automáticamente debería liquidarlo." Hablaban en serio. Lo dejaron escrito en un papel, que firmaron junto con un par de compañeros a los que pidieron que hicieran de testigos.

Y entonces, en el mes de octubre, Lee Strunk pisó una granada de mortero enterrada como si fuera una mina. Le arrancó la pierna derecha hasta la rodilla... Dave Jensen se acercó y se arrodilló junto a Strunk. Hubo dudas acerca de si Strunk seguía vivo, pero al fin abrió los ojos y los alzó hacia Dave Jensen. '-¡Dios mío!' -gimió, y trató de alejarse deslizándose y dijo: -'¡Por Dios, chico, no me mates!' -'Tranquilo', dijo Jensen.

Lee Strunk parecía mareado y confundido. Se quedó quieto un instante y después hizo un gesto hacia la pierna: -'En realidad, no es muy grave. No es el fin. ¡Eh, en serio... pueden volver a cosérmela... en serio!' -'Es cierto. Me juego algo que pueden'. -'¿Lo crees?' -'Por supuesto que sí' Estrunk frunció el entrecejo hacia el cielo. Volvió a desmayarse, después despertó y dijo: -'¡No me mates!' -'No lo haré -dijo Jensen. -'Hablo en serio'. -'Por supuesto'. -¡Tienes que prometerlo! 'Júramelo: jura que no me matarás'. Jensen dijo: 'Lo juro'.

Un momento después llevamos a Strunk al helicóptero. Jensen tendió la mano y le tocó la pierna buena-:'Vete tranquilo'-dijo. Pero hay quienes defienden la eutanasia.

Sería muy fácil de arreglar estos problemas, tanto el aborto como la eutanasia, haciendo un compromiso escrito como estos dos soldados y, más tarde, experimentar en su propio cuerpo el tomar la decisión de quitarse la vida el uno al otro, o viceversa.

En estos momentos, hay muchos niños que mueren en el vientre de sus madres condenados si darle la oportunidad de defenderse o decidir que quieren. Sabemos la respuesta y por eso no les dejamos defenderse ni le damos tiempo para escucharles. Simplemente los matamos.

Blogueros con el Papa quiere añadir a la voz del Papa Francisco el grito y la oración por la defensa de la vida en todos los aspectos y sentidos. Porque se mata por hambre; se mata por injusticias; se mata por explotación, por exclusión, por aborto, por eutanasia, por la lengua y muchas otras formas... pero más se mata si nos cruzamos de brazo o dejamos por indiferencia que estas cosas no se denuncien.

Salvador Pérez Alayón

10 de noviembre de 2013

I Congreso iMision.



La celebración de este Congreso ha sido uno de los motivos fundamentales por los que fue creado iMisión. El momento por fin ha llegado, y ha sido posible gracias a la colaboración, apoyo y oración de todos vosotros. Con el corazón lleno de gratitud damos gracias a Dios por habernos guiado y sostenido en este tiempo, y a nuestra santa madre la virgen María a quien encomendamos este gran encuentro. Estáis todos convocados a participar en el I Congreso iMisión, que seguramente marcará un antes y un después en la presencia evangelizadora de la iglesia española en el Continente Digital.

Este I Congreso tiene tres objetivos principales:
1) Crear comunidad entre los distintos grupos y personas católicas que se sienten misioneros en el Continente Digital y celebrar juntos nuestra fe.
2) Reflexionar conjuntamente sobre la evangelización en Internet.
3) Contribuir en la formación de los participantes sobre las técnicas, estrategias y doctrina que debemos tener en cuenta a la hora de evangelizar en Internet, especialmente en las Redes Sociales.
Todo lo que se derive de ello será bienvenido. Deseamos que el Espíritu Santo nos acompañe y dé frutos en nuestras misiones. Contamos con el apoyo y la bendición de la Iglesia, expresada en el saludo de bienvenida que dará en directo desde el vaticano, monseñor Claudio María Celli, actual presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, y con la presencia de un representante de la Conferencia Episcopal Española en la clausura.
Para más información tienen el enlace: http://congreso.imision.org/

9 de noviembre de 2013

40 días por la Vida


Creer en Jesús es creer en el Amor. Un Amor con mayúscula que ama la vida y al hombre. No obstante, Dios se hace Hombre y toma Naturaleza Humana para, cerca del hombre, su creatura amada, entregarse a una muerte de cruz para rescatarlo del pecado y de la muerte.

Se hace imposible pensar que quienes siguen a Jesús dan la espalda a la vida. Dejarían de seguir a Jesús, porque ser creyentes en Él es amar y defender la vida por encima de todo. Interpretaciones aparte o equivocas nacen de no entender lo que significa ser creyentes en Jesús de Nazaret y en la Iglesia fundada por él.

Y en su cabeza visible aquí en la tierra, el Papa Francisco ahora, y todos sus predecesores en el tiempo. Ser creyentes en Jesús es seguirle unidos en su Iglesia y en comunión con su Piedra (Pedro) por Él elegido, y por lo tanto, amantes de la vida y defensores de ella.

Por eso, Blogueros con el Papa siempre estará al lado de la vida frente a la muerte, porque dejar de hacerlo significaría darle la espalda a la razón y fin último de nuestro ser: Amar al hombre por amor como Jesús nos ama a cada uno de nosotros. Y así lo proclamó en el primer Encuentro de Blogueros con el Papa celebrado en Madrid

Defender la vida es creer en la esperanza de una vida eterna, porque sólo piensan y defienden la muerte quienes no creen en la vida eterna. Defender la vida es amarla hasta el final, porque sólo así la eternizamos en y por la Misericordia de Dios. No hay otro camino, los Blogueros con el Papa siempre estarán al lado de defender la vida contra toda clase de atropellos y asesinatos, sobre todo, en aquellos niños inocentes nacidos en el vientre de sus madres.

Salvador Pérez Alayón