Un hecho en el que aparece la
devoción de San Juan de la Cruz a San José, sin lugar a mistificaciones
hagiográficas, es la celebración de la jornadas de Navidad.. Ya dijimos que
dedicó el Colegio de Úbeda a san José. Pues en ese convento la celebración de
estas jornadas. Lo que nos relatan los testigos que vivieron con él no tienen
por que no ser creídos. Un hermano lego testifica que San Juan de la Cruz
entretenía y enternecía a los frailes, “como
fue una noche del santo Nacimiento, estando por Rector del Colegio de
esta ciudad (de Baeza) el dicho santo fray Juan hizo que dos religiosos de él,
sin mudar el hábito, representase uno a la Virgen y otro a San José y que
anduviese por un claustro pequeño que había en el dicho convento buscando
posada, y sobre lo que les respondían y decían los dos que representaban a
María y José sacaba el dicho padre pensamientos divinos que les decía de gran
consuelo a los religiosos y de esta manera celebraba las fiestas”.
Y el hermano lego añade: Porque
así lo vio este testigo y que el pueblo quedaba edificado y devoto en las
dichas fiestas, cuando se celebraban en la iglesia.
Es de notar esta afirmación del
hermano lego. Estas fiestas navideñas se celebraban también el la iglesia y
producían efectos de devoción de edificación en los fieles. Y así la imagen de
San José que se veneraba desde
antiguamente en la iglesia, dice un escritor del siglo XVIII, “roba dulcemente
los corazones de esta noble ciudad y de sus pueblos comarcanos”. Refiriéndose a
esas escenificaciones de las singulares posadas navideñas, en las que San Juan
de la Cruz se convertía en predicador de San José, escribe: “Yo quisiera tener
el espíritu y las voces de mi Padre San Juan de la Cruz que en este colegio…,
figurando a un religiosos en nuestro Padre San José, y a otro en sy santísima
esposa, y a sí mismo en un mozo o criado de camino, llegaba acompañándoles a
diferentes que representaba a los amos de las posadas, pidiendo a estos que les
quisiesen recibir, diciendo mil alabanzas de los sagrados caminantes a sus amos
y señores, suplicándoles con la sumisión que el caso pedía, con que pudiera
enternecer a las piedras, creciendo más y más sus expresiones a vista de las
razones con que se excusaban para recibirles”.
Sobre estas celebraciones de
Baeza dice el P. Alonso de la Madre de Dios que sobre el pedir San José posada
y las palabras que para esto decía y sobre las que le respondían los que les
despedía, decía nuestro Padre palabras del cielo.
Estas mismas celebraciones
navideñas hizo más tarde, cuando estuvo de Prior de los Mártires de Granada. El
P. Alonso las describe con estas palabras: “Hizo poner a la madre de Dios en
unas andas y tomada en hombros, acompañada del sirvo de Dios y de los
religiosos que le seguían caminando por el claustro, llegaban a las puertas que
había en él a pedir posada para aquella señora cercana al parto y para su
esposo San José que venían de camino. Y, llegando a la primera puerta, pidiendo
posada cantaron esta letra que el santo
había compuesto: Del Verbo divino / la Virgen preñada / viene de camino / ¡si le dais posada! Y se
fue cantando a las demás puertas, respondiendo de la parte de dentro los
religiosos que había puesto allí; los cuales secamente les despedían. Replicábales
el santo con tan tiernas palabras, así de explicar quienes fuesen los huéspedes
que la pedían, de la cercanía del parto de la doncella, el tiempo que hacía y la
hora que era, que el ardor de sus palabras y altezas que descubría enternecían
los pechos de quienes las oía y estampaba en su alma este misterio y un amor
grande a Dios”.
¿Qué diría de San José? Es una
pena que ninguno de los que estuvieron presentes a estas celebraciones navideñas
no nos hay trasmitido algo escrito de la ternura que oyó de los huéspedes que
pedían posada.
P.
Román Llamas, ocd