Es tan importante ayudar como dejar que te ayuden. A la hora de evangelizar sólo pensamos en ayudar y servir, pero, ¿y los que son servidos? ¿No son ellos parte importante y necesaria para que el servicio se pueda dar y el amor cristalizar? Darnos cuenta de esa realidad nos pueda ayudar mucho.
Es
la misión de los pobres, dar la oportunidad a otros de poder servir, de
poder ayudar, de poder darse en amor. Es el descubrimiento de la
comunidad, la necesidad de vivir comunitariamente para tener la
posibilidad de hacerte amor. Y te haces cuando sirves, cuando entregas
tu esfuerzo, tu trabajo, tu servicio...
Los derechos humanos hunden sus raíces en esa fuente del corazón del hombre. Buscar la verdad es el camino de todos los pueblos, y tratar de que la paz y la justicia reine en la convivencia y fraternidad de las naciones es finalidad de todo gobierno y estado. Si eso es así, y lo es porque nadie lo niega, ¿cómo es que no se intenta cumplir? ¿Cómo es que se excluye a los más indefensos y pobres? ¿Por qué se mata de forma impune a los más débiles? ¿Cómo se permite el aborto y la eutanasia?
La realidad descubre que no hay buenas intenciones y que detrás de esta aparente verdad se esconden segundas intenciones corrompidas, perversas, egoístas que intentan manipular y convertir el mundo en un eden para sus intereses. Lo que quizás ignoran es que ese eden tiene sus días contados y es caduco y vacío.
Están aparentemente despiertos, pero no ven y se encaminan al precipicio de su propia vida. Sólo encontrarán vacío y sin sentido.
Los derechos humanos hunden sus raíces en esa fuente del corazón del hombre. Buscar la verdad es el camino de todos los pueblos, y tratar de que la paz y la justicia reine en la convivencia y fraternidad de las naciones es finalidad de todo gobierno y estado. Si eso es así, y lo es porque nadie lo niega, ¿cómo es que no se intenta cumplir? ¿Cómo es que se excluye a los más indefensos y pobres? ¿Por qué se mata de forma impune a los más débiles? ¿Cómo se permite el aborto y la eutanasia?
La realidad descubre que no hay buenas intenciones y que detrás de esta aparente verdad se esconden segundas intenciones corrompidas, perversas, egoístas que intentan manipular y convertir el mundo en un eden para sus intereses. Lo que quizás ignoran es que ese eden tiene sus días contados y es caduco y vacío.
Están aparentemente despiertos, pero no ven y se encaminan al precipicio de su propia vida. Sólo encontrarán vacío y sin sentido.