San Marcelino (296-304) Nació en Roma.
Mártir. Elegido el 30.VI.296, murió el 25.X.304. La persecución del Emperador
Diocleciano alcanzó el máximo grado de violencia quemando iglesias y textos
sagrados. Entre las víctimas S. Lucía, S, Inés, Santa Bibiana, S, Sebastián,
San Luciano.
En conexión con los rumores antes mencionados
y las narrativas de los fragmentos apócrifos, ciertamente debe ser admitido que
en ciertos círculos de Roma no se aprobaba la conducta del Papa durante la
persecución de Diocleciano. Sabemos que en esta persecución sólo dos clérigos
romanos fueron martirizados: el sacerdote Marcelino y el exorcista Petro. El
obispo romano y los otros miembros del alto clero, excepto los clérigos
antedichos, pudieron eludir a los perseguidores. No sabemos cómo sucedió esto.
Es posible que el Papa Marcelino pudo esconderse a tiempo en un lugar seguro,
como hicieron otros obispos. Pero es posible que al publicarse el edicto él
aseguró su propia inmunidad; en los círculos romanos esto se le habría imputado
como debilidad, de modo que su memoria sufrió por ello, y debido a ese relato
es que fue omitido por el autor de el “Depositio Episcoporum” del “Cronógrafo”,
mientras que encontró un lugar en el “Catálogo Liberiano”, que era casi
contemporáneo. Pero su tumba era venerada por los cristianos de Roma, y luego
fue reconocido como un mártir, como muestra la “passio”. Marcelino murió en
304. No hay certeza sobre el día de su muerte; en el “Liber Pontificalis” su
entierro es situado erróneamente el 26 de abril, y esta fecha se mantiene en
los martirologios históricos del siglo IX, y de ellos, en los martirologios
posteriores. Pero si calculamos la fecha de su muerte desde la duración de su
pontificado dado en el Catálogo Liberiano, el habría muerto el 24 ó 25 de
octubre de 304.
Su cuerpo fue sepultado en la Catacumba de
Priscila en la Vía Salaria, cerca de la cripta donde el mártir Crescencio
encontró su sepultura. La Catacumba de Calixto, el cementerio oficial de la
Iglesia Romana, donde por muchas décadas habían sido enterrados los
predecesores de Marcelino, evidentemente fue confiscada durante la persecución,
mientras que la Catacumba de Priscila, que pertenecía a los Acilii Glabriones,
estaba todavía a la disposición de los cristianos.
Los cristianos de Roma veneraban la tumba de
Marcelino desde una fecha muy temprana. Las declaraciones precisas sobre su
localización, en el “Liber Pontificalis”, indican esto. En uno de los
itinerarios de las tumbas de los mártires romanos del siglo VII, en el
"Epitome de locis ss. martyrum", se menciona expresamente entre las
tumbas sagradas de la Catacumba de Priscila (De Rossi, "Roma
sotteranea", I, 176). En las excavaciones de esta catacumba la cripta de
San Crescencio, al lado de la cual estaba la cámara sepulcral de Marcelino,
estaba satisfactoriamente identificada. Pero no se descubrió ningún monumento
que hiciera referencia a este Papa. La posición precisa de esta cámara
mortuoria todavía es muy incierta. La perdida “passio” de Marcelino escrita
hacia el final del siglo V, la cual fue utilizada por el autor del “Liber
Pontificalis” muestra que él era honrado como un mártir de ese tiempo; sin
embargo, su nombre aparece primero en el “Martirologio” de Beda, quien sacó su
relato del “Liber Pontificalis” (Quentin, "Les martyrologes
historiques", 103, sq.). Esta fiesta se celebra el 26 de abril. Los
breviarios antiguos, que siguen el relato del “Liber Pontificalis” concerniente
a su caída y arrepentimiento, fueron alterados en 1883..