Si santa Teresa ha dado a san José
la paternidad de su Reforma, él es el Fundador, es lógico que le dé las
particularidades de esa donación. Quien da lo más, da lo menos. Quien da una
entidad, da las particularidades encerradas en esa entidad. Santa Teresa da a san
José las particularidades de de su condición de Fundador. Así da a san José el
título de sus conventos
Para Santa Teresa los conventos por
ella fundados a imagen y semejanza del primer convento de san José de Ávila y
solar de ellos son las casas de san José. “Importó tanto el no tardarnos ni un
día más para lo que tocaba a esta bendita casa (de san José). Muchas veces me
espanta cuando lo considero y veo cuán particularmente quería su Majestad ayudarme
para que se efectuase este rinconcito de Dios, que yo creo que lo es y morada
en la que su Majestad se deleita, como una vez, estando en oración, me dijo que era esta casa (de san José)
paraíso de su deleite (V 35,12). Quien dice estas palabras a santa Teresa es el mismo que dijo ya en el
A. Testamento que encontraba sus delicias en estar con los hijos de los hombres
(Sab 8,31). Ahora las encuentra, sus delicias, en estar con las hijas de san
José en su convento de Ávila.
Más tarde, después de decir a las
que no estén a gusto en el convento que busquen otro o se marchen al mundo,
añade: “porque esta casa es un cielo si le puede haber en la tierra; para quien
se contenta solo de contentar a Dios, y no hace caso de contento suyo tiénese
muy buena vida” (C 13,7).
San Pedro de Alcántara le daba este
juicio sobre el primer convento de san José de Ávila, este rinconcito.
“Verdaderamente es propia casa esta de san José, porque en ella se me
representa el pequeño Hospicio de Belén” (Año
teresiano, 7 febrero).
Estas expresiones y dichos podemos
aplicarlos a todos los demás conventos fundados por la madre Teresa, porque el
convento de san José es el principio y solar de todos ellos.
Le
da el título de sus conventos.
Para santa Teresa los conventos que
va fundando a imagen del de san José de Ávila, son las casas de su Señor
y Padre san José. Por eso procura que la mayoría de ellos lleven el
nombre y el título de san José. De los 17 palomarcitos de la Virgen, fundados
por ella, 11 llevan el título de san José: el de Ávila (1562), el de Medina del
Campo (2567), el de Malagón (1568), el
de Toledo (1569), el de Salamanca
(1570), el de Segovia (1574), el de Beas de Segura (1575), el de Sevilla
(1576), el de Caravaca (1576), el de Palencia (1580), el de Burgos (1582). Con
esta particularidad, que a partir de la fundación del convento de Segovia, san José va asociado con el título de la
Virgen, de otro misterio del Señor o de algún santo.. Así en el capítulo 21 de
las Fundaciones dice que en el se trata de la fundación del glorioso san José
del Carmen de Segovia, hecha en la fiesta de dicho Santo; en el capítulo 22 en
que se trata de la fundación del glorioso san José del Salvador de Beas de
Segura; en el capítulo 23, en el que se
trata de de la fundación del monasterio del glorioso san José del Carmen en la
ciudad de Sevilla; en el capítulo 29,
trátase de la fundación de san José de nuestra Señora de la Calle de Palencia,
hecha el día del Rey David. El Cronista de la Reforma dice con gracia,
refiriéndose a esta fundación: “Por no dejar el título de san José, le casaron
otra vez con nuestra Señora, llamándole san José de nuestra Señora de la Calle”
(Reforma, l. 5,c.7.p. 746); en el
capítulo 31, comiénzase a tratar en este capítulo de la fundación del glorioso
san José de santa Ana en la ciudad de Burgos.
Esta costumbre la siguieron después
sus hijos e hijas. Así nos encontramos con el título de san José de la
Encarnación, san José del Carmen etc. El caso era que san José fuese el titular
de los conventos..
Le da su imagen en sus fundaciones.
Si no todas las fundaciones de la
Madre Teresa llevan el título de san José no hay ninguna en la que no esté
presidiendo y amparando la fundación una
imagen de san José. San José a una puerta… Es una expresión más de su
experiencia josefina y de su amor a san José el ir sembrando por sus conventos
imágenes de san José, la mayoría de las cuales se conservan todavía.
Es notable a este
respecto el dato de que llevaba consigo en todas las fundaciones una imagen de
bulto de san José, que recibió el título e “San José del Patrocinio” y a quien
llamaba el Fundador. Y cuando el P. Pedro Fernández, dominico, la nombró Priora
del convento de la Encarnación en 1571, la Santa entra en el coro con la fuerte
oposición de una gran mayoría de las 150 monjas que componían la comunidad y
con el Te Deum laudamus –a ti te queremos y a ti te alabamos-, entonado por las
monjas que la querían por Priora,, abrazada a una pequeña imagen de san José.
Llegadas al coro coloca una imagen de la Virgen en la silla prioral y
en el sitio de la subpriora la pequeña y bella imagen que lleva de san José y
sentándose a su lado les dirige la palabra-
Con
tan buenos patronos y ayudadores pronto el monasterio está en orden. Y no es
poco lo que a este respecto hace san José. Santa Teresa consigue entre las
monjas la fama de saberlo todo de ellas, hasta las cosas secretas y las
pequeñas picardías de las novicias.¿Quién le cuanta todo esto? Es san José, el
san José del coro. Cuando santa Teresa vuelve de alguna nueva fundación,
después de meses de ausencia, la primera visita es para el san José del coro y
habla con él. Y así surge la leyenda de san José el Parlero, que de tanto
hablar y contar a la Santa quedó con la boca milagrosamente abierta (MARIA PIEL, Retablo de carmelitas, EDE, Madrid, 1981, p. 59).
Santa
Teresa valoraba muchísimo esta presencia protectora de san José a través de sus
imágenes. Y así en la fundación de Burgos, el médico Antonio, Aguiar, amigo del
P. Gracián, hace notar que al no encontrar una imagen del Santo, hizo reparar
por mano de un pintor un santo antiguo para que representase a san José
(BMC,20,428).
A
Diego de Ortiz, fundador del convento de Toledo, le recuerda en una carta que
no se descuide tanto en poner al Señor san José en la puerta de la iglesia (Cta
5.o2.1571). Y se preocupa de mandar un san José al convento de Caravaca, que lo
están haciendo y no les ha de costar nada, dice
a María de san José (Cta 7.12.1576), y cuando lo recibe a los nueve días
de esta notificación, escribe gozosa: “Harta consuelo me ha dado la venida de
mi Padre san José” (Cta 16.12.1576).