María es ejemplo. Es la Madre que confía,
que obedece, que se abaja humildemente y cree en la Palabra de Dios. María, tú
te fías, no sólo porque las cosas prometidas se cumplen, sino porque en las
dificultades y peligros, sobre todo, en los momentos confusos, contradictorios
y oscuros, tú, María, siempre sigues caminando en la dirección de la Palabra de
Dios.
Tu Fe, María, se pone a prueba en esos
momentos de peligro y de obligadas huidas ante las amenazas de persecución y
muerte que caen sobre tu Hijo. Tu fe se hace visible en la obediencia, callada
y silenciosa, quizás sin entender nada. Tu fe se hace visible en la perseverancia
ante las contradicciones que el camino y tu maternidad te presentan.
María, tu fe nos conforta cuando tu
disponibilidad nos habla y nos da ejemplo de fidelidad. Y, por la Gracia, en tu
seno, la Palabra se hace carne y acampa entre nosotros. Tu fe nos llena de
esperanza y de fortaleza.
María, Madre de Dios, tú siempre has
estado con el Señor y siempre, con tus actos y obras nos has hablado en
silencio. Nos has hablado de Él. María, Madre de Dios y Madre nuestra, llévanos
a la presencia de tu Hijo. Amén.
JUNTO A MARÍA Y JOSÉ, LA SAGRADA FAMILIA, BRINDAMOS POR TODAS LAS FAMILIA Y, DE SU MANO, PEDIMOS QUE INTERCEDA EN ESTE NUEVO AÑO POR TODAS LAS FAMILIAS, LA UNIDAD Y LA DEFENSA DE LA VIDA. AMÉN.