El dolor, del que nos habla el Papa en la audiencia de hoy, miércoles 25 de enero, es la causa de muchos abandonos y de pérdida de la confianza en Dios. ¡Cuántos nos hemos rebelado contra el Señor porque las cosas no nos salen como queremos!
El Papa nos habla hoy de Judit y de como con su vida nos enseña, a pesar de las dificultades y tropiezos que la vida le pone delante, a seguir en el camino del Señor y a no perder la confianza en Él. Esto no nos exime del esfuerzo y de poner, como nos dice el Papa Francisco, todo lo que esté de nuestra mano y en el esfuerzo diario de hacer la Voluntad de Dios. Y, también de tener siempre presente que el Señor sabe lo que nos conviene en cada momento pensando en nuestra salvación.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 25 de enero de 2017
Queridos hermanos y hermanas:
El personaje bíblico de Judit nos muestra a una mujer llena de fe y de valor, capaz de orientar a los hombres y mujeres de su tiempo, que se enfrentaban a una situación límite y desesperada, hacia la verdadera esperanza en Dios.
Ella nos enseña que, ante las situaciones difíciles y dolorosas, el camino a seguir es el de la confianza en Dios, y nos invita a recorrerlo con paz, oración y obediencia, haciendo también todo lo que esté en nuestra mano para superar estas situaciones, pero reconociendo siempre y en todo la voluntad del Señor.
Como ella, tenemos que mirar más allá de las cosas del aquí y el ahora, y descubrir que Dios es un Padre bueno que sabe todo lo que nos hace falta mejor que nosotros mismos. Nosotros podemos pedirle todo lo que necesitemos, pero siempre con la humildad necesaria para reconocer su voluntad y entrar en sus designios, aunque a veces no coincidan con los nuestros, pues él es el único que con su amor puede sacar vida incluso de la muerte, conceder paz en la enfermedad, serenidad en la soledad y el consuelo en el llanto.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Hoy celebramos la fiesta de la Conversión de san Pablo y se concluye la semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, los invito a todos a que, conscientes de que el amor de Cristo nos apremia, no dejen nunca de rezar para que los cristianos trabajemos, con respeto fraterno y caridad activa, por llegar a la tan deseada unidad. Que Dios los bendiga.