La Virgen en oración |
María, la Madre de la Iglesia
siempre estuvo en oración. Su relación con Dios es fluida, constante,
perseverante y llena de Gracia. Recordemos que el Ángel anuncia a María y le
dice «Salve, llena de gracia, el
Señor está contigo.» Y eso significa que el Señor está con María. No que va a estar o venir,
sino que está. Ha sido la elegida y llena de Gracia. Bendita eres María entre
todas las mujeres.
María nos sirve de modelo de oración. Nos enseña que la perseverancia, el
contacto diario y el compartir todos los momentos del día son características
esenciales en la oración y relación con Dios. Es esa la fuerza que nos sostiene
y nos alumbra el camino. Hemos recibido el Espíritu Santo en nuestro Bautismo.
Así como el Padre lo envío al Hijo en su Bautismo, nosotros lo recibimos por la
Gracia y méritos del Hijo.
Pero con la misma Gracia para que actúe en nosotros y nos configure con
Él, el Hijo, el Redentor y Salvador. Ahora, nuestro responsabilidad y
compromiso consiste en dejarle, en abrirnos a su acción y en estar en cada
instante de nuestra vida en contacto y atento a Él. Así caminó María, y así
superó todos los obstáculos y dificultades que se le presentaron en el camino.
María ora, habla con Dios y cree en su Palabra. Y espera pacientemente
que Él, el Espíritu de Dios le guíe y le señale el camino. Y guarda todo en su
humilde corazón. Escucha al Hijo encarnado en sus entrañas y le sigue
silenciosamente, aun no entendiendo sus pasos y sus acciones. María es creyente
y se fía del Espíritu que guía al Hijo y a ella como su verdadera esposa.
María es la Madre que nos
acompaña en la oración. Esa es nuestra humilde oración de hoy. Tal y como
acompañaste a los apóstoles, también acompáñanos a nosotros en nuestro camino
por este mundo. Un mundo hostil, hedonista, enfermo, agresivo, asesino,
explotador y lleno de envidias, ambiciones y guerras. Un mundo donde los
cristianos siguen siendo perseguidos y asesinados. Un mundo donde la vida no se
respeta. E igual que tú, Madre, tuviste con José, tu castísimo esposo, huir a
Egipto por la amenaza de Herodes, hoy millones de niños son asesinados en el
vientre de sus madres sin previo aviso ni contar con nadie.
Madre, protégenos y danos
fortaleza para sostenernos en la perseverante oración y, a pesar de las
contrariedades y peligros que nos acechan, seguir adelante y perseverar como tú
lo hiciste. Intercede por nosotros para que sepamos mantenernos firmes y en
constante relación con el Señor, tu Hijo amadísimo. Amén.