Ayer me asaltó una terrible duda. En un momento del día, creo que fue por la tarde, me vino al pensamiento el misterio de Dios. ¿Cómo pudo hacerse a sí mismo? ¿De dónde viene su poder? Confieso que desde niño, y también, joven, había tenido esos pensamientos en momentos puntuales. Más, inmediatamente, me mente se abandona a la realidad y experimento que estoy, existo y he sido creado.
Y en mi corazón palpita la huella de Dios, de ese Dios revelado por Jesús, que me ha creado a su imagen y semejanza. Descubro mi ADN espiritual: felicidad, eternidad y amor, que me asemeja a Dios, mi Padre Dios que me revela Jesús, el Hijo de Dios encarnado en naturaleza humana. Y hoy, nuestro querido Papa Francisco, nos habla de la esperanza. Esa esperanza en la que todo hombre anhela alcanzar esa felicidad eterna y gozosa que experimenta en el amor.
Sí, me decía, Dios está dentro de mí. No sé de dónde ha salido ni de donde viene su Poder, pero sí, Dios está presente en mi vida y llegar a Él mantiene viva todas mis esperanzas. Y, como Abrahán, sostengo mi esperanza en Él confiado que, como dice nuestro Papa Francisco: nuestra vida se iluminará con la certeza de saber que Aquél que ha resucitado a su Hijo de la muerte nos resucitará también a todos nosotros y nos hará ser una sola cosa con Él, junto a todos nuestros hermanos en la fe.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 29 de marzo de 2017
Queridos hermanos:
En la catequesis de hoy hemos visto la estrecha relación que hay entre la fe y la esperanza. En la carta a los Romanos, san Pablo nos dice que Abrahán, «apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza». El patriarca, a pesar de sus muchos años y la esterilidad de su mujer Sara, siguió creyendo en la promesa que Dios le había hecho de darle una gran descendencia. Frente a la evidencia de una realidad contraria a toda esperanza humana, él se fía de Dios con la certeza de que el Señor cumplirá sus promesas. También nosotros estamos llamados a vivir una esperanza como la de Abrahán, que no se apoya en razonamientos, o en previsiones o cálculos humanos, sino que hunde sus raíces en la fe en la Palabra de Dios. Así nuestra vida se iluminará con la certeza de saber que Aquél que ha resucitado a su Hijo de la muerte nos resucitará también a todos nosotros y nos hará ser una sola cosa con Él, junto a todos nuestros hermanos en la fe.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a la Virgen María que en este tiempo de cuaresma nos ayude a intensificar nuestra preparación espiritual para que la celebración del misterio pascual de Cristo renueve nuestra fe y nuestra esperanza. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.