Sabemos que fue el Arca de Noé
el único refugio para no perecer ahogados en el diluvio universal.
Ahora, el nuevo refugio, para poder
salvarse del diluvio relativista que está inundando al mundo entero, es el del Corazón
Inmaculado de María.
Y si el Arca de Noé estaba
calafateada por dentro y por fuera, para su doble protección, el Corazón
Inmaculado de María, está totalmente sellado para poder relacionarse únicamente
con Dios. Y ya sabemos que “ nunca tuvo en su alma impresa forma de
criatura alguna, sino siempre su moción fue por el Espíritu Santo”. Y
recordemos también, que Dios siempre dice María y María siempre dice
Dios
¡Cómo entendió esta divina
relación Santa Teresita del Niño Jesús, cuando decía: “no vine al Carmelo para vivir
con mis hermanas, sino únicamente para responder a la llamada de Jesús” !.
Y no tengo ninguna duda de que
cuando Teresita supo que su misión estaba en el Corazón de la Iglesia, es
porque su alma estaba inundada del espíritu de María, pudiendo, así
vivir en plenitud la divina enseñanza de Santa Teresa: “Solo Dios basta”,
Permitidme que recuerde en
estos momentos otra preciosa joya que nos dejó San Juan de la Cruz: “Olvido de lo creado, memoria del Creador,
atención a lo interior y estarse amando al Amado”.
Corazón Inmaculado de María, la
única puerta para entrar en el Corazón de Jesús, y que, en compañía
de San
José, trinidad en la tierra, quieren ir transformándonos en el Taller
místico de Nazaret.
Taller que nos ira elevando a
mayores grados de amor, en la medida que nos dejemos esculpir con las
herramientas que misteriosamente va preparando Dios para ¡cada uno de nosotros! y
envueltas ¡siempre! en el misterio
de su infinito Amor, ya seamos casados, solteros o consagrados, y poder así ir
purificando tantas dependencias humanas que no nos dejan volar hacia Dios.
Filigrana del acabado del
Taller, ¡qué envidia Señor!, cuando el alma ya no puede
justificarse sea cual fuere la injuria recibida, porque humildemente ha
comprendido que todas las recibió con infinita paciencia su Señor, con la
participación de su Santísima Madre y que jamás podrá llegar a perdonar las
ofensas recibidas, cómo se las ha perdonado Dios a él.
Y del ascenso a superiores
moradas, depende nuestro dejarnos manejar en el Santo Taller, es decir,
del compromiso con que vivamos nuestra Consagración al Inmaculado Corazón de María.
andrésdeMaría