Cuántas energías buscando el aplauso que al terminar me deja vacío. Años de esfuerzo para lograr títulos que no cambian nada lo que soy.
Desvelos para preparar un proyecto. Pasa el proyecto, y siguen los desvelos. Cuánto trabajo modelando una imagen que no es más que fachada.
Nada, al final todo queda en nada y en mí crece el vacío.
Señor, Tú sigues paciente, esperando, con esa ternura sonriente.
Solo Tú, lo repito pero ¿lo creo? Solo en Ti, lo aprendí pero ¿lo vivo?
Tendrá que derrumbarse todo hasta que solo queden escombros para que te devuelva la mirada para que no me quede otro asidero y vuelva a ser aquel niño indefenso que no puede hacer nada sólo llorar y dejarse abrazar.
(Javi Montes, sj)
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.