Señor, te quitamos la vida, te quitamos y despojamos de todo, hasta despojado de nuestro cariño nos da a tu Madre junto a la cruz.
Te damos gracias por tu coherencia, por ser pobre con la vida, por reclinar tu cabeza sobre el Padre. Pues te has quedado sin nada, a golpe de entrega y despojo. Gracias por abrazar la cruz de una vida sin nada más que tu amor ofrecido incansablemente.
Gracias por darte en pobreza, por amar el no tener nada, por tu entrega sin condiciones; por tu búsqueda de amor te dejaste, Señor, por nosotros hasta el último gesto de pobreza. Te quitamos la túnica, para construir nuestra riqueza. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.