Señor Jesús, en esta mañana me presento ante ti con mis proyectos y mis retos, con mis miedos, con mis afectos y sentimientos, con mis heridas y amenazas, con mi carácter y mi modo de hacer las cosas, con mis necesidades y mis logros, con mis deseos de superación y mis errores, con mis fuerzas y mis ganas de tirar la toalla, con mis amores y desamores, con mis pasiones y mis utopías… con todo lo que soy y tengo.
Señor Jesús, en esta mañana, reconociéndome en camino y con ganas de seguir caminando, te pido que me acompañes.
Sé que solo no puedo, sé que sin ti mis esfuerzos son absurdos, sé que sin tu presencia la vida ya no tiene sorpresas, sé que a tu lado hasta lo escabroso del camino se hace más llevadero.
Señor Jesús, acompaña mis pasos, vente conmigo y quédate cerca. Amén.