Señor, cuando en alguna ocasión observes tanto desajuste, tanto desorden interior, tanta falta de autenticidad! ¡Ten compasión de mí, Señor, que soy un humilde pecador! ¡Lo que yo deseo, Señor, es experimentar en mi vida tu amor, tu gracia, tu cercanía, tu perdón y tu misericordia! ¡Quiero sentir la paz de tenerte en mi corazón! ¡Te pido que me mires con una mirada de amor, me sonrías con la sonrisa de la bondad! ¡Señor, ya sé que no te importa lo que soy porque lees en mi interior y sabes que tengo intención de cambiar, de mejorar, de crecer como persona y como cristiano! ¡Envíame tu Espíritu, Señor, para que me ayude a optar por la santidad ¡Gracias, Señor, porque tú lo puedes todo y puedes sanar mi corazón! Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina