Celebramos la Pascua llenos de admiración y temor. Temor, que no es miedo, sino reverencia ante el milagro que ha acontecido una vez más entre nosotros. Los Apóstoles pudieron ver a Cristo en vida y tras la resurrección. Nosotros no, pero sí podemos ver algo que ellos no vieron:
Vemos algo que ellos no veían y no vemos algo que ellos veían. ¿Qué vemos nosotros que no veían ellos? La Iglesia presente en todos los pueblos. ¿Qué no vemos nosotros que veían ellos? A Cristo en carne. Del mismo modo que ellos le veían a Él y creían lo referente al cuerpo, así nosotros que vemos el cuerpo creamos lo referente a la Cabeza. Sírvanos de ayuda recíproca lo que cada uno hemos visto. Les ayuda a ellos a creer en la Iglesia futura el haber visto a Cristo. La Iglesia que vemos nos ayuda a nosotros a creer que Cristo ha resucitado. Lo que ellos creían se ha hecho realidad; realidad es también lo que nosotros creemos. Se cumplió lo que ellos creyeron de la cabeza; se cumple lo que nosotros creemos del cuerpo. Cristo entero se manifestó a ellos y a nosotros, pero ni ellos ni nosotros le vimos en su totalidad. Ellos vieron la Cabeza y creyeron en el cuerpo; nosotros vemos el cuerpo y creemos en la Cabeza. (San Agustín, Sermón CXVI, 6)
Vivimos tiempos complicados, donde las apariencias nos confunden continuamente. Los carismas y sensibilidades son cada vez más importantes, lo que nos hace pensar en que hay segundos y terceros salvadores que gestionan la salvación, según nos gusten más o menos sus palabras e indicaciones. Cristo es uno y por eso no deberíamos de dar más importancia a los sirvientes que al Señor.
Como blogueros con el Papa, deberíamos ver a Cristo como centro y objetivo de nuestra actividad. El Papa es símbolo de unidad y su presencia debería ser la de Pedro, que nos reúne en torno a Cristo. Pedro que no fue el más sensato de los Apóstoles, pero fue capaz de negarse a sí mismo para dejar que Cristo fuese el protagonista.
Así, unidos en torno a Cristo resucitado, con el símbolo de unidad que representa el Papa, ojalá seamos capaces de vernos como hermanos que comparten sus dones. Ojalá dejemos las desconfianzas y seamos capaces de trabajar unidos para el bien de la Iglesia, en torno a la Tradición y el magisterio eclesial.
¡Ha resucitado¡ ¡Verdaderamente lo ha hecho¡ ¡Feliz Pascua!
Néstor Mora N