En esta primera colaboración para la sección de Escuela de Blogueros, quisiera presentar un elemento vital para cualquier blog: la redacción. Las palabras le dan vida a nuestro apostolado y por ello es importante expresar con claridad lo que queremos comunicar. No tenemos que ser expertos en redacción, pero sí es primordial seguir las reglas de ortografía y estar consciente que mientras mejor presentemos la calidad de nuestros escritos, el mensaje cumplirá con el propósito deseado.
A continuación algunos consejos y estrategias que podemos llevar a cabo a la hora de escribir:
1. Ora. Invoca la presencia del Espíritu Santo para que te inspire aquello que Dios quiere transmitir a través tuyo. No somos más que humildes herramientas en sus manos.
2. Organiza tus ideas. Primero pregúntate: ¿Qué quiero comunicar? y ¿A quien se lo quiero comunicar? Aunque parezca que la contestación a la segunda pregunta sería "a todos", tenemos que estar conscientes que no todos nuestros lectores tienen el mismo conocimiento, ni necesariamente la misma intelectualidad. Si queremos que "todos" nos entiendan, entonces tenemos que escoger un lenguaje sencillo, directo y claro. Si te sirve, haz un bosquejo e identifica los temas que quieres trabajar. Si ves que tienes muchas ideas, tal vez sea conveniente dividirlo en dos partes.
3. Conoce las nuevas reglas de ortografía. Recientemente, la Real Academia de la Lengua Española incorporó nuevas reglas ortográficas. Esto significa que, por ejemplo, palabras como solo (cuando se sustituye por solamente) y guion, ya no se acentúan. También es muy importante utilizar correctamente los signos de puntuación.
4. Utiliza sinónimos. Nuestro idioma es rico en vocabulario. No uses la misma palabra(verbos, sustantivos, adjetivos) en la misma oración ni en el mismo párrafo, porque podemos sonar redundantes.
5. Sé preciso y conciso. Si quieres que los cibernautas lean tu escrito completo, procura que sea corto. Para ello, evita las oraciones largas. Una buena técnica para saber si una oración es demasiado extensa es leerla en voz alta. Si tienes que detenerte varias veces para tomar aire, es recomendable revisarla. Muchas veces basta con poner un punto y seguido en vez de una coma. No utilices expresiones imprecisas como la palabra “cosa(s)”. La “cosa” siempre se puede sustituir.
6. Escribe con verbos activos. Mira este ejemplo: "El mundo fue creado por Dios." (Verbo pasivo). "Dios creó el mundo." (Verbo activo). Utilizar verbos activos elimina el uso de los gerundios y hace más corta y fluida la lectura.
7. Busca un título atractivo. Muchas veces, el lector se interesa en leer si el título les llama la atención. No debe ser muy largo pero sí contener las palabras claves que identifiquen el tema principal. No siempre sale desde el comienzo. Usualmente es la parte más difícil de escribir.
8. Relee y edita. No es recomendable publicar una entrada inmediatamente después de escribirla. Debemos dejarla descansar un rato, volver a leerla y repasar si hay oraciones demasiado largas o si se repite mucho la misma palabra. Léelo en voz alta y asegúrate de que el mensaje que quieres llevar esté claro. Si tienes duda, pide a otra persona que lo lea. Siempre hay espacio para mejorar.
9. Calma la ansiedad de publicar. Hay días que estamos muy inspirados y somos capaces de escribir varias entradas para el blog. Por el contrario, a veces pueden pasar semanas sintiéndonos incapaces de plasmar por escrito todas las ideas que pululan en nuestra mente. Es importarte mantener la calma y estar consientes de que incluso, la inspiración llega al tiempo de Dios. Cuando no te sientas inspirado para escribir, aprovecha el tiempo para leer, meditar o visitar otros blogs que llenen tu alma.
10. Ora nuevamente. Antes de publicar los escritos en el blog, pidamos al Señor que nuestras palabras sean reflejo de su amor y que penetren en el corazón de los lectores. Al fin y al cabo, nosotros no somos más que humildes instrumentos de su evangelización.
Recuerda que la escritura es un proceso de mejoramiento continuo. La práctica hace la perfección. Cada uno desarrollamos nuestro propio estilo y la diversidad es lo que nos hace únicos.
A continuación algunos consejos y estrategias que podemos llevar a cabo a la hora de escribir:
1. Ora. Invoca la presencia del Espíritu Santo para que te inspire aquello que Dios quiere transmitir a través tuyo. No somos más que humildes herramientas en sus manos.
2. Organiza tus ideas. Primero pregúntate: ¿Qué quiero comunicar? y ¿A quien se lo quiero comunicar? Aunque parezca que la contestación a la segunda pregunta sería "a todos", tenemos que estar conscientes que no todos nuestros lectores tienen el mismo conocimiento, ni necesariamente la misma intelectualidad. Si queremos que "todos" nos entiendan, entonces tenemos que escoger un lenguaje sencillo, directo y claro. Si te sirve, haz un bosquejo e identifica los temas que quieres trabajar. Si ves que tienes muchas ideas, tal vez sea conveniente dividirlo en dos partes.
3. Conoce las nuevas reglas de ortografía. Recientemente, la Real Academia de la Lengua Española incorporó nuevas reglas ortográficas. Esto significa que, por ejemplo, palabras como solo (cuando se sustituye por solamente) y guion, ya no se acentúan. También es muy importante utilizar correctamente los signos de puntuación.
4. Utiliza sinónimos. Nuestro idioma es rico en vocabulario. No uses la misma palabra(verbos, sustantivos, adjetivos) en la misma oración ni en el mismo párrafo, porque podemos sonar redundantes.
5. Sé preciso y conciso. Si quieres que los cibernautas lean tu escrito completo, procura que sea corto. Para ello, evita las oraciones largas. Una buena técnica para saber si una oración es demasiado extensa es leerla en voz alta. Si tienes que detenerte varias veces para tomar aire, es recomendable revisarla. Muchas veces basta con poner un punto y seguido en vez de una coma. No utilices expresiones imprecisas como la palabra “cosa(s)”. La “cosa” siempre se puede sustituir.
6. Escribe con verbos activos. Mira este ejemplo: "El mundo fue creado por Dios." (Verbo pasivo). "Dios creó el mundo." (Verbo activo). Utilizar verbos activos elimina el uso de los gerundios y hace más corta y fluida la lectura.
7. Busca un título atractivo. Muchas veces, el lector se interesa en leer si el título les llama la atención. No debe ser muy largo pero sí contener las palabras claves que identifiquen el tema principal. No siempre sale desde el comienzo. Usualmente es la parte más difícil de escribir.
8. Relee y edita. No es recomendable publicar una entrada inmediatamente después de escribirla. Debemos dejarla descansar un rato, volver a leerla y repasar si hay oraciones demasiado largas o si se repite mucho la misma palabra. Léelo en voz alta y asegúrate de que el mensaje que quieres llevar esté claro. Si tienes duda, pide a otra persona que lo lea. Siempre hay espacio para mejorar.
9. Calma la ansiedad de publicar. Hay días que estamos muy inspirados y somos capaces de escribir varias entradas para el blog. Por el contrario, a veces pueden pasar semanas sintiéndonos incapaces de plasmar por escrito todas las ideas que pululan en nuestra mente. Es importarte mantener la calma y estar consientes de que incluso, la inspiración llega al tiempo de Dios. Cuando no te sientas inspirado para escribir, aprovecha el tiempo para leer, meditar o visitar otros blogs que llenen tu alma.
10. Ora nuevamente. Antes de publicar los escritos en el blog, pidamos al Señor que nuestras palabras sean reflejo de su amor y que penetren en el corazón de los lectores. Al fin y al cabo, nosotros no somos más que humildes instrumentos de su evangelización.
Recuerda que la escritura es un proceso de mejoramiento continuo. La práctica hace la perfección. Cada uno desarrollamos nuestro propio estilo y la diversidad es lo que nos hace únicos.
Por Arelis Marrero
Directora y editora de EvangelizaciónCatólica.org