24 de noviembre de 2021

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

El Papa continúa hoy la catequesis sobre san José y nos introduce en la importancia del papel de san José como cabeza de la Sagrada Familia y como eslabón en el linaje de Abraham de donde  Jesús toma presencia en este mundo. Y resalta el papel de José, padre y sustento de su familia, a la que atiende responsablemente de forma natural y sencilla, tal y como sucede en otras familias. 

 



PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 24 de noviembre de 2021

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Catequesis sobre san José 2. San José en la historia de salvación

Queridos hermanos y hermanas:

Proseguimos hoy con la segunda catequesis sobre san José, referida a su papel en la Historia de Salvación. Los evangelios, aun cuando dejan claro que José no es el padre biológico de Jesús, afirman que es su padre a pleno título. Su figura, a través de las dos genealogías que recogen los evangelistas Mateo y Lucas, evidencia cómo Jesús se hace presente en la historia, y de ese modo da cumplimiento a la alianza de Dios con el linaje de Abrahán y a la salvación de la humanidad.

Además de este valor teológico, José se muestra como esa presencia cotidiana, discreta, escondida que sostiene a Jesús y a María. En ambas imágenes, nos enseña que nuestras vidas, como la de Jesús, están sostenidas por personas comunes, que nos preceden y nos acompañan, esos “anónimos de la fe”, esas personas tejen con nosotros la historia de nuestra vida. Por esta razón, José no sólo es el “custodio” de la Sagrada Familia, sino que también es el custodio de la Iglesia, prolongación del Cuerpo de Cristo, y podemos encontrar en él el sostén, la intercesión y la guía en los momentos de dificultad.


Saludos:

Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Los animo a pedir con confianza a san José la capacidad de valorizar los vínculos de nuestra vida, valorizar a las personas comunes que nos acompañan y sostienen, para que nadie se sienta solo y abandonado y todos puedan reconciliarse con la propia historia viendo en ella la providencia de Dios pese a su debilidad. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

19 de noviembre de 2021

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO DEL MIÉRCOLES 17 DE NOVIEMBRE

La audiencia del Papa de este miércoles – 17/11/2021 – está referida a San José, padre adoptivo de Jesús. Una figura humilde y abierta a la Voluntad de Dios que, como nos dice el Papa Francisco, sostiene su mirada, no en el mundo, sino en el Plan que Dios ha pensado para él y María. También nosotros, como nos dice el Papa, fijándonos en la actitud y caminos de San Jose, podemos aprender mucho de él.

 


PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 17 de noviembre de 2021

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Catequesis sobre san José - 1. San José y el ambiente en el que vivió

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El 8 de diciembre de 1870, el beato Pío IX proclamó a san José patrón de la Iglesia universal. Ahora, 150 años después de aquel acontecimiento, estamos viviendo un año especial dedicado a san José, y en la Carta Apostólica Patris corde he recogido algunas reflexiones sobre su figura. Nunca antes como hoy, en este tiempo marcado por una crisis global con diferentes componentes, puede servirnos de apoyo, consuelo y guía. Por eso he decidido dedicarle una serie de catequesis, que espero nos ayuden a dejarnos iluminar por su ejemplo y su testimonio. Durante algunas semanas hablaremos de san José.

En la Biblia hay más de diez personajes que llevan el nombre de José. El más importante de ellos es el hijo de Jacob y Raquel, que, a través de diversas peripecias, pasó de ser un esclavo a convertirse en la segunda persona más importante de Egipto después del faraón (cf. Gn 37-50). El nombre José en hebreo significa “que Dios acreciente. Que Dios haga crecer”. Es un deseo, una bendición fundada en la confianza en la providencia y referida especialmente a la fecundidad y al crecimiento de los hijos. De hecho, precisamente este nombre nos revela un aspecto esencial de la personalidad de José de Nazaret. Él es un hombre lleno de fe en su providencia: cree en la providencia de Dios, tiene fe en la providencia de Dios. Cada una de sus acciones, tal como se relata en el Evangelio, está dictada por la certeza de que Dios “hace crecer”, que Dios “aumenta”, que Dios “añade”, es decir, que Dios dispone la continuación de su plan de salvación. Y en esto, José de Nazaret se parece mucho a José de Egipto.

También las principales referencias geográficas que se refieren a José: Belén y Nazaret, asumen un papel importante en la comprensión de su figura.

En el Antiguo Testamento la ciudad de Belén se llama con el nombre de Beth Lehem, es decir, “Casa del pan”, o también Efratá, por la tribu que se asentó allí. En árabe, en cambio, el nombre significa “Casa de la carne”, probablemente por el gran número de rebaños de ovejas y cabras presentes en la zona. De hecho, no es casualidad que, cuando nació Jesús, los pastores fueran los primeros testigos del acontecimiento (cf. Lc 2,8-20). A la luz del relato de Jesús, estas alusiones al pan y a la carne remiten al misterio de la Eucaristía: Jesús es el pan vivo bajado del cielo (cf. Jn 6,51). Él mismo dirá de sí: «El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna» (Jn 6,54).

Belén se menciona varias veces en la Biblia, ya en el libro del Génesis. Belén también está vinculada a la historia de Rut y Noemí, contada en el pequeño pero maravilloso Libro de Rut. Rut dio a luz a un hijo llamado Obed, que a su vez dio a luz a Jesé, el padre del rey David. Y fue de la línea de David de donde provino José, el padre legal de Jesús. El profeta Miqueas predijo grandes cosas sobre Belén: «Mas tú, Belén-Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel» (Mi 5,1). El evangelista Mateo retomará esta profecía y la vinculará a la historia de Jesús como su evidente cumplimiento.

De hecho, el Hijo de Dios no eligió Jerusalén como lugar de su encarnación, sino Belén y Nazaret, dos pueblos periféricos, alejados del clamor de las noticias y del poder del tiempo. Sin embargo, Jerusalén era la ciudad amada por el Señor (cf. Is 62,1-12), la «ciudad santa» (Dn 3,28), elegida por Dios para habitarla (cf. Zac 3,2; Sal 132,13). Aquí, en efecto, habitaban los maestros de la Ley, los escribas y fariseos, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo (cf. Lc 2,46; Mt 15,1; Mc 3,22; Jn 1,19; Mt 26,3).

Por eso la elección de Belén y Nazaret nos dice que la periferia y la marginalidad son predilectas de Dios. Jesús no nace en Jerusalén con toda la corte… no: nace en una periferia y pasó su vida, hasta los 30 años, en esa periferia, trabajando como carpintero, como José. Para Jesús, las periferias y las marginalidades son predilectas. No tomar en serio esta realidad equivale a no tomar en serio el Evangelio y la obra de Dios, que sigue manifestándose en las periferias geográficas y existenciales. El Señor actúa siempre a escondidas en las periferias, también en nuestra alma, en las periferias del alma, de los sentimientos, tal vez sentimientos de los que nos avergonzamos; pero el Señor está ahí para ayudarnos a ir adelante. El Señor continúa manifestándose en las periferias, tanto en las geográficas, como en las existenciales.  En particular, Jesús va en busca de los pecadores, entra en sus casas, les habla, los llama a la conversión.  Y también se le reprende por ello: “Pero mira a este Maestro —dicen los doctores de la ley— mira a este Maestro: come con los pecadores, se ensucia, va a buscar a aquellos que no han hecho el mal, pero lo han sufrido: los enfermos, los hambrientos, los pobres, los últimos. Siempre Jesús va hacia las periferias. Y esto nos debe dar mucha confianza, porque el Señor conoce las periferias de nuestro corazón, las periferias de nuestra alma, las periferias de nuestra sociedad, de nuestra ciudad, de nuestra familia, es decir, esa parte un poco oscura que no dejamos ver, tal vez por vergüenza.

Bajo este aspecto, la sociedad de aquella época no es muy diferente de la nuestra. También hoy hay un centro y una periferia. Y la Iglesia sabe que está llamada a anunciar la buena nueva a partir de las periferias. José, que es un carpintero de Nazaret y que confía en el plan de Dios para su joven prometida y para él mismo, recuerda a la Iglesia que debe fijar su mirada en lo que el mundo ignora deliberadamente. Hoy José nos enseña esto: “a no mirar tanto a las cosas que el mundo alaba, a mirar los ángulos, a mirar las sombras, a mirar las periferias, lo que el mundo no quiere”. Nos recuerda a cada uno de nosotros que debemos dar importancia a lo que otros descartan. En este sentido, es un verdadero maestro de lo esencial: nos recuerda que lo realmente valioso no llama nuestra atención, sino que requiere un paciente discernimiento para ser descubierto y valorado. Descubrir lo que vale.  Pidámosle que interceda para que toda la Iglesia recupere esta mirada, esta capacidad de discernir y esta capacidad de evaluar lo esencial. Volvamos a empezar desde Belén, volvamos a empezar desde Nazaret.

Quisiera hoy enviar un mensaje a todos los hombres y mujeres que viven en las periferias geográficas más olvidadas del mundo o que viven situaciones de marginalidad existencial. Que puedan encontrar en san José el testigo y el protector al que mirar. A él podemos dirigirnos con esta oración, oración “hecha en casa”, pero que ha salido del corazón:

San José,
tú que siempre te has fiado de Dios,
y has tomado tus decisiones
guiado por su providencia,
enséñanos a no contar tanto en nuestros proyectos,
sino en su plan de amor.
Tú que vienes de las periferias,
ayúdanos a convertir nuestra mirada
y a preferir lo que el mundo descarta y pone en los márgenes.
Conforta a quien se siente solo
Y sostiene a quien se empeña en silencio
Por defender la vida y la dignidad humana. Amén.


 

Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Hoy, de modo particular, quisiera que mi mensaje llegue a todos los hombres y mujeres que viven en las periferias más olvidadas y que atraviesan situaciones de marginalidad. Que san José los proteja, no se olviden de acudir a él en todo momento con confianza y amor filial. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.


 

Resumen leído por el Santo Padre en español

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comenzamos un nuevo ciclo de catequesis, terminamos las catequesis sobre la Carta a los gálatas, ahora las referidas a san José. Estamos viviendo un Año especialmente dedicado a él, con motivo del 150.º aniversario de su proclamación como patrono de la Iglesia universal. En la Carta apostólica Patris corde recogí algunas reflexiones sobre él. Espero que, en este tiempo de crisis global que estamos viviendo, nos confiemos a su intercesión, y su ejemplo nos edifique y nos guíe cada día.

En la Biblia hay más de diez personajes con el nombre de José, que en hebreo significa “que Dios te haga crecer”. Este detalle nos permite reconocer un rasgo que distingue a san José: es un hombre de fe, que confía en los designios y en la providencia de Dios. Otro aspecto de su figura son las principales referencias geográficas de su vida, Belén y Nazaret, que eran dos lugares periféricos. Esto nos recuerda que tenemos que estar atentos a lo que el mundo ignora, y recuperar una mirada que sepa discernir y valorar lo esencial.

10 de noviembre de 2021

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

Hay momentos, nos dice el Papa, que nuestra vida se apaga, se apacigua de tal manera que experimentamos la sensación de quedarnos solos ante el peligro. Quizás, continua el Papa, nos sucede como a los discípulos en la barca y frente a la tormenta. Pensamos que el Señor duerme, no está o se ha ido. Nada de eso. El Señor nos ve, sabe de nuestras dificultades y está a nuestro lado. Tengamos la confianza de llamarlo y de recurrir a Él, tal y como nos dice el Papa Francisco.
 
 

 

PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 10 de noviembre de 2021

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Catequesis 15. No nos dejemos vencer por el cansancio

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy concluimos las catequesis sobre la Carta del Apóstol san Pablo a los gálatas. En ellas lo hemos visto como evangelizador, como teólogo y como pastor que sabe escuchar la Palabra de Dios, incluso en el silencio de las obras que Jesús cumple. Con intuiciones muy originales nos ha presentado la fe en Cristo, no como algo que nos apacigua y aplaca sino como un revulsivo que nos llama como comunidad a abandonar el pecado para seguir la vida del Evangelio.

De esta enseñanza del Apóstol nace el entusiasmo, que nos lleva a abrazar el camino de la libertad bajo la guía del Espíritu. Pero ante las dificultades puede surgir también un cansancio que frene ese entusiasmo y nos hace sentir como los discípulos que estaban en la barca aquella noche de la tormenta, mientras el Señor dormía y parecía no importarle el peligro. En esos momentos, tenemos que avivar nuestra fe, despertar a Jesús que duerme en nuestro corazón y escuchar su voz que nos habla. El Señor ve más allá de la tormenta y, a través de su mirada serena, podremos contemplar el panorama de forma distinta.


Saludos:

Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Los animo a pedir con confianza al Espíritu Santo que ayude nuestra debilidad, lo podemos hacer con la oración que nos propone la liturgia el día de Pentecostés y que empieza así: «Ven Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido. Luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo». Nos hará bien recitarla frecuentemente, nos ayudará a caminar en la alegría y en la libertad. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

3 de noviembre de 2021

AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO

La lucha está servida. Heridos por el pecado estamos sujetos a la carne y apetencias de nuestra propia naturaleza. Sólo con nuestras fuerzas quedamos a merced del príncipe de este mundo. Necesitamos, nos dice el Papa Francisco, abrirnos a la acción del Espíritu Santo. Dejarnos guiar por sus impulsos en nuestro seguimiento a Jesús. Porque, sólo en, con y por Él saldremos victorioso de esa lucha contra nuestros deseos.

 


PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 3 de noviembre de 2021

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Catequesis 14. Caminar según el Espíritu

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy san Pablo nos exhorta a que caminemos según el Espíritu y nos dejemos guiar por Él en nuestro seguimiento de Cristo. Estas expresiones indican que la vida cristiana es acción, movimiento, dinamismo. Al mismo tiempo, el Apóstol nos dice que hay que evitar el camino opuesto, al que llama “los deseos desordenados”. Pero eso no significa que el mal o nuestros impulsos negativos vayan a desaparecer, sino que Dios es siempre más fuerte que nuestras resistencias y nuestros pecados.

Por otra parte, este caminar según el Espíritu no es sólo una acción individual, implica también a la comunidad. Para poder combatir los “deseos de la carne” que no favorecen la comunión —como la envidia, la hipocresía, el rencor, las críticas destructivas— es necesario dar espacio a la gracia y a la caridad. El amor es la regla suprema para poder seguir el camino de Cristo, nos hace conscientes de nuestra propia fragilidad, y nos hace misericordiosos y solidarios con las dificultades y debilidades de los demás.

Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Los invito a dejarse interpelar por las palabras de san Pablo: ¿Caminamos según el Espíritu o nos quedamos encerrados en deseos mundanos? Si nos dejamos guiar por el Espíritu, también estamos llamados a acompañar a los que más sufren, a rezar por ellos, a ayudarlos de una manera concreta. Los animo a seguir en este camino con paciencia y alegría. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.