Ser creyente y anunciar al Buena Noticia en la que crees se dan la mano. O dicho de otra forma, creer y evangelizar van unidos. No se puede descubrir la Persona de Jesús y no anunciarla a todo el mundo porque sería contradictorio no hacerlo. ¿Cómo te puedes guardar la Fuente del Amor Misericordioso y no proclamarlo a todo el mundo? No se entendería esa fe.
Mateo, nos dice el Papa Francisco, nos da ese ejemplo y testimonio con su vida y su compromiso de fe. Uno era Mateo antes de conocer a Jesús, y otro fue después de conocerlo. La fe te impulsa a manfiestarla a los demás porque la fe en Jesús salva eternamente.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 11 de enero de 2023
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Catequesis. La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente. La llamada al apostolado (Mt 9, 9-13)
Queridos hermanos y hermanas:
En esta catequesis comenzamos un nuevo argumento: la pasión por la evangelización o, dicho de otro modo, el celo apostólico. Una dimensión esencial de la Iglesia es ser misionera, salir a irradiar a todos la luz del mensaje evangélico. Cuando esta dimensión se pierde, la comunidad se enferma, se cierra en sí misma y se atrofia. Son los cristianos atrofiados.
Hoy reflexionamos sobre la conversión de Mateo, en particular sobre tres elementos que podemos distinguir en este relato del Evangelio. Todo comenzó cuando Jesús vio a un hombre Mateo, no lo juzgó por lo que hacía —era un publicano— sino por su realidad íntima, con sus virtudes y sus defectos.
Al llamarlo, Mateo se levantó, dejó su puesto de autoridad, dejó sus seguridades, y se puso a disposición de Jesús, en una actitud de servicio a los demás. Después de su conversión, Mateo no se fue a un lugar lejano e idílico, sino que regresó a su casa. Al volver, ya no era el mismo. El encuentro con Jesús lo había cambiado, convirtiéndolo en un auténtico testigo de la alegría del Evangelio.
Saludos
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Veo que hay colombianos, venezolanos, uruguayos, argentinos, mejicanos, españoles. ¡Cuántas banderas! Pidamos a Dios la valentía de Mateo, para que, también nosotros, al sentir la mirada del Maestro —que nos interpela y nos descubre cómo somos— seamos capaces de alzarnos de nuestra postración y ser sus testigos en nuestra vida cotidiana. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.