Aunque no lo parezca, nuestro amigo el Papa es muy accesible. Su carácter amigable lo facilita. Es normal pues que le llamemos amigo. Cualquiera puede acercársele un sombrero tirolés, un tricornio, pasarle su teléfono móvil o lo que se le ocurra, siempre y cuando este dentro de los límites del decoro.
El otro día nuestra nuestra hermana bloguera Guerrera de la Luz se me adelantó y nos ilustro con unos bonitos tocados de Benedicto.
Pero, como digo, es muy accesible; cientos de testimonios lo corroboran. Tomemos tan solo uno. La cuenta la periodista católica y enviada especial durante décadas en el Vaticano Paloma Gómez Borrero:
Un internauta, en un encuentro digital le pregunta:
- ¿Cuál ha sido la anécdota más llamativa, para usted, del nuevo Papa Benedicto XVI?
-“El Papa hablando por el móvil con una monja que cuidaba a un enfermo y ese enfermo estaba en la Plaza de San Pedro y al enseñarle el móvil diciendo me acaba de llamar la monja que me cuida en el hospital que me ha dicho que le diga al Papa Benedicto que le bendiga y que le quiere mucho. Y el Papa le dijo a aquel enfermo, que estaba en silla de ruedas, "Llámela, llámela otra vez". El chico llamó y le pasó el teléfono al Santo Padre y así pudo hablar con la monja. Fue una imagen curiosa, yo antes no había visto a un Papa hablar por el móvil de un enfermo.”