He aquí una de las conclusiones que yo saqué en claro del II Encuentro Internacional de blogueros con el Papa: ¡el blog hace al bloguero!
Contaba el padre Fortea, con su habitual buen humor y una dosis de ironía, que con los blogs ha sucedido lo mismo que con el Word, que son demasiados los que se han lanzado a abrir blogs de forma análoga a como también se multiplicaron los novelistas desde el momento en que los programas de texto facilitaban la tarea. Es cierto. Hay demasiados novelistas, ensayistas y blogueros, pensé yo para mis adentros. Sin embargo, en seguida advertí que para ser bloguero es necesario que tu blog te haya configurado como tal, porque no es el bloguero quien hace el blog sino más bien el blog el que hace al bloguero.
Y en esos pensamientos estaba sumido, cuando tocó el turno a Mauricio Artieda y a Carlos Veci, jóvenes blogueros. Con distintas palabras, ambos coincidieron en este punto. La realización de un blog, la necesidad de formarse, la responsabilidad nacida de los post publicados, las relaciones personales que se originan, hace madurar al bloguero y, en cierto sentido, le configura.

"Yo no escribí el blog para evangelizar", señaló Carlos Veci.
"Los vídeos que recogemos y publicamos en Catholic Link no son directamente 'católicos', sino que expresan las múltiples situaciones de la vida en las que se pueden descubrir enseñanzas católicas", apuntó Mauricio Artieda.
Claro, al oír hablar de evangelización y de evangelizadores la imaginación nos suele traicionar y nos lleva a pensar en personas mayores que "predican el Evangelio", "dan sermones", "aconsejan a los demás". Y estos dos jóvenes blogueros me estaban mostrando que es el testimonio el principal factor evangelizador. El que sigue a Cristo va siendo transformado por Él y esta transformación se hace presente también en el blog.

Y ésta fue también la lección que nos dieron Lucía y Sofía, de Arguments, quienes explicaron que cuando una persona cuenta su historia nadie puede objetarle nada. Cuando se quiere "adoctrinar", siempre salen objetores. Cuando se expresa la propia vivencia, sólo cabe escuchar. La persona se revela en la "historia" y puede quedar eclipsada por los mensajes doctrinales.
Evangelizar está más relacionado con el testimonio que con la doctrina.
Ésta ha sido una conclusión que ha aflorado en mí al escuchar a estos chicos y chicas que hablaban de su pasión comunicadora con total desparpajo, sin respetos humanos.
El lema del Encuentro era justamente éste: "El mundo está más necesitado de testigos que de maestros" (Pablo VI). Ellos lo demostraron con sus presentaciones.