María comprometió su vida hasta las
últimas consecuencias. No podía ser de otra forma, porque su Sí significaba
eso, toda tuya Señor hasta el final. De la misma forma que el Hijo,
encarnado en su seno, se comprometió voluntariamente a la Voluntad del Padre
hasta el extremo de dar su Vida por la redención y salvación de cada uno de los
hombres y mujeres del mundo.
Jesús ha redimido al mundo, pero la redención
ha empezado por María y en María. Ella ha dado su seno para que el Hijo se
encarnara en Naturaleza humana, despojándose de su Divinidad, sin dejar por eso
de tener también Naturaleza Divina, pero no usándola sino igualado en todo al
hombre menos en el pecado. María, madre de los Dolores, soportó su compromiso
con fidelidad, obediencia, paciencia, humildad y perseverancia hasta la última
hora al pie de la Cruz.
María acompaña a su Hijo hasta la última
hora. Y la última hora es la Cruz. Porque Jesús había venido a morir en la
Cruz; porque Jesús había entregado su Vida al Padre para que, enviado por Él,
nos rescatara, con su Pasión y Muerte, de la esclavitud del pecado. María
también hace ese recorrido de su propia pasión y dolor, que le hacen morir a sí
misma para entregarlos como corredentora con su Hijo.
María, Madre también nuestra, ayúdanos a
soportar con humildad, paciencia, obediencia, perseverancia y fidelidad los
avatares y caminos que la vida nos proponga y disponga con la disponibilidad
que tú misma abrazaste para abrirte a la acción del Espíritu Santo. María,
Madre de Dios y también Madre nuestra, que al pie de la Cruz recibiste ese
encargo de tu Hijo en Juan, el discípulo amado, danos la fortaleza que tú has
sostenido en el Espíritu Santo para llegar hasta esos últimos momentos al pie
de la Cruz.
Intercede por nosotros para que también
seamos capaces, por la Gracia y Misericordia de Dios, llegar a brindar todos
los instantes de nuestra vida en ofrecimiento y oración constante por, no sólo
cumplir, sino vivir el Amor de Xto. Jesús injertado en lo más profundo de
nuestro corazón.
Contigo a nuestro lado esperamos encontrar
apoyo y cuidado maternal de Madre que nos acompaña, nos espera y aguarda para,
junto a ti, seguir la huella de tu Hijo Jesús hasta el pie de la Cruz. Amén.