Hoy nos habla el Papa de la fe de Abrahán. Es modelo de creyente, porque la fe se mide en los momentos de zozobra, de dificultades, de riesgos y hasta de muerte. Fe que están testimoniando nuestros hermanos sirios y muchos otros. Nunca podremos decir que tenemos fe si, antes, no la hemos experimentado y sostenido en los momentos de riesgos y contradicciones.
Porque la fe es fe cuando crees a pesar de que no se corresponda con lo que tú piensas, con lo que tú esperas y como a ti te gusta. Así sucedió con María. Su proyecto no coincidía con el de Dios, pero ella dijo "Sí"; también ocurrió con José, con Abrahán y con todos. ¿Te sucede a ti lo mismo? Pidamos, unidos al Sumo Pontífice, que nuestra fe sea como la de María, Abrahán, José y muchos otros.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 28 de diciembre de 2016
Queridos hermanos y hermanas
Abrahán es modelo de fe y de esperanza: «creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones». Creyó en la palabra de Dios que sería padre, aun cuando pareciera imposible, porque él era anciano y su mujer estéril. Su fe se abrió a una esperanza que parecía absurda, pero así es la esperanza, sorprende y abre horizontes, nos hace soñar lo inimaginable, y lo realiza.
El desaliento y la frustración también llegaron a la vida de Abrahán. Él veía pasar el tiempo y la promesa hecha por Dios seguía sin cumplirse, aunque Dios ratificaba una y otra vez su promesa. A Abrahán lo único que le quedaba era confiar en la Palabra del Señor y seguir esperando.
Pero Dios le dio un signo y le dijo: «mira el cielo y cuenta las estrellas […] así será tu descendencia». Para creer, es necesario saber mirar con los ojos de la fe; a simple vista eran sólo estrellas, pero para Abrahán eran signo de la fidelidad de Dios.
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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica. Los animo a confiar en el Señor, como lo hizo Abrahán, para que salgamos de nosotros y descubramos su promesa en cada signo y acontecimiento que nos toca vivir. Les deseo un año nuevo lleno de la gracia y la bendición de Dios.