Reiniciamos hoy las audiencias del Santo Padre Francisco y nada más oportuno que reflexionar sobre el fundamento donde apoyamos nuestras vidas. El Santo Padre nos invita a poner el centro de nuestras vidas en el Señor. Él es el sustento y la Vida Eterna a la que aspiramos. Sabemos que el dinero y los medios son necesarios, pero la verdadera riqueza y el verdadero Tesoro es el Señor, porque en Él está la Vida Eterna.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 7 de agosto de 2019
Miércoles, 7 de agosto de 2019
Queridos hermanos:
La primera curación que narra el libro de los Hechos de los Apóstoles es la de un hombre paralítico de nacimiento que pedía limosna en la puerta del Templo llamada La Hermosa. Pedro y Juan se dirigen allí a rezar hacia las 3 de la tarde: es la misma hora en que se ofrecía el sacrificio, y en la que Cristo murió en la Cruz. Al ver al paralítico, los apóstoles lo miran y le piden que él a su vez los mire, creando así una relación, una relación de miradas, un encuentro real entre personas, que es donde a Dios le gusta manifestarse. A continuación Pedro le dice: «No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo Nazareno, levántate y camina», y tomándolo de la mano lo levantó.
El mendigo no obtuvo dinero, sino que recibió el Nombre que salva: Jesús de Nazaret. Aquí también vemos el retrato de una Iglesia que mira al que está en dificultad para crear relaciones con significado, puentes de amistad y solidaridad. Es el rostro de la Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos, y que vive el arte del acompañamiento que se caracteriza por la delicadeza que se acerca a la tierra sagrada del otro; así nuestro caminar tendrá el ritmo sanador de la projimidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión, y que al mismo tiempo sana, libera, alienta a madurar en la vida cristiana.
Pedro y Juan nos enseñan a no poner la confianza en los medios, que siempre serán útiles, sino en la verdadera riqueza que es la relación con Cristo resucitado.
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Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española provenientes de España y Latinoamérica. En particular saludo a la Hermandad Nuestro Padre Jesús Hospitalario, de Ciempozuelos, acompañados de su obispo Mons. Ginés García Beltrán. Pidamos al Señor que nunca olvidemos que la verdadera riqueza de nuestra vida está en su amor infinito, y que nos esforcemos en compartirlo también con los demás. Que Dios los bendiga.