En su reciente mensaje con ocasión de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Benedicto XVI ha querido compartir con todos algunas reflexiones acerca de la propagación de la comunicación a través de internet.
No cabe duda de que este fenómeno de nuestros días es valorado muy positivamente por el Pontífice romano. Sin embargo, es de agradecer que también se señalen los aspectos negativos.
Hoy me querría fijar en un aspecto muy concreto. La comunicación en la red exige en los usuarios cristianos el compromiso de ser testigos del Evangelio también en este ámbito. Me parece a mí que se podría hablar de un compromiso de todo usuario con la verdad. La comunicación en la red debe de ser verdadera, con independencia de la religión que se profese. En el caso de los cristianos ese compromiso deriva también de su bautismo, en cuya virtud está obligado a ser testimonio vivo del Evangelio.
Ya se ha dicho en otras ocasiones que Blogueros con el Papa pretende aunar a todos los blogueros que apoyan al Papa, con independencia de que sean católicos o no. La siguiente reflexión del Papa, que a continuación transcribo, puede aplicarse a todos en en el sentido anteriormente indicado, pero en ella el Papa alude principalmente al testimonio evangélico.
¡Cuántas veces los blogueros comprometidos con la evangelización habrán experimentado el desánimo al comprobar que sus entradas pasan inadvertidas, bien porque no suscitan comentarios de los demás usuarios o bien porque las estadísticas muestran su escasa incidencia! En muchas ocasiones, en efecto, una entrada que ha costado horas de trabajo y de reflexión es engullida por la red, sin que haya sido leída por más de una decena de personas. Y, al revés, otras entradas más superficiales o incluso de contenido frívolo son las que han obtenido más éxito.
Pues bien, el bloguero verdaderamente comprometido con el Evangelio debe escribir con la misma mentalidad con la que el sembrador de la parábola esparce la semilla, arrojándola generosamente al aire, para que el viento la lleve y la deposite en tierras fértiles, aun a sabiendas de que también puede caer entre espinos, en el camino o en terreno pedregoso. Esta debería de ser su principal satisfacción. La constancia en la labor de siembra dará siempre frutos, quizá absolutamente impredecibles.
No cabe duda de que este fenómeno de nuestros días es valorado muy positivamente por el Pontífice romano. Sin embargo, es de agradecer que también se señalen los aspectos negativos.
Hoy me querría fijar en un aspecto muy concreto. La comunicación en la red exige en los usuarios cristianos el compromiso de ser testigos del Evangelio también en este ámbito. Me parece a mí que se podría hablar de un compromiso de todo usuario con la verdad. La comunicación en la red debe de ser verdadera, con independencia de la religión que se profese. En el caso de los cristianos ese compromiso deriva también de su bautismo, en cuya virtud está obligado a ser testimonio vivo del Evangelio.
Ya se ha dicho en otras ocasiones que Blogueros con el Papa pretende aunar a todos los blogueros que apoyan al Papa, con independencia de que sean católicos o no. La siguiente reflexión del Papa, que a continuación transcribo, puede aplicarse a todos en en el sentido anteriormente indicado, pero en ella el Papa alude principalmente al testimonio evangélico.
"El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de este mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la 'popularidad' o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que en hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento".
¡Cuántas veces los blogueros comprometidos con la evangelización habrán experimentado el desánimo al comprobar que sus entradas pasan inadvertidas, bien porque no suscitan comentarios de los demás usuarios o bien porque las estadísticas muestran su escasa incidencia! En muchas ocasiones, en efecto, una entrada que ha costado horas de trabajo y de reflexión es engullida por la red, sin que haya sido leída por más de una decena de personas. Y, al revés, otras entradas más superficiales o incluso de contenido frívolo son las que han obtenido más éxito.
Pues bien, el bloguero verdaderamente comprometido con el Evangelio debe escribir con la misma mentalidad con la que el sembrador de la parábola esparce la semilla, arrojándola generosamente al aire, para que el viento la lleve y la deposite en tierras fértiles, aun a sabiendas de que también puede caer entre espinos, en el camino o en terreno pedregoso. Esta debería de ser su principal satisfacción. La constancia en la labor de siembra dará siempre frutos, quizá absolutamente impredecibles.