Orar, como JESÚS, y en ÉL, con ÉL y por ÉL, es la puerta que abre nuestra unión con el PADRE. |
Y el biberón por donde chupamos esa Vida de la Gracia es la oración. En ella intimamos con JESÚS y, por ella, saciamos nuestra sed de agua que nos llena y salta hasta la vida eterna. La oración nos pone en brazos del PADRE a través del HIJO y, como JESÚS, nos fortalece y nos alienta a vivir la Vida de la Gracia que, el mismo JESÚS, nos transmite por los mérito de su Muerte y Resurrección.
Sin hablar no podríamos relacionarnos con ÉL, y a ese hablar le llamamos oración, porque ese diálogo, a pesar de ser amigable y confiado, es adoración y sumisión. Es el SEÑOR, nuestro DIOS y PADRE, que se nos da en su HIJO, y por ÉL, con ÉL y en ÉL, nos hace hijos adoptivos, hermanos y coherederos de su Gloria.
Por eso, orar es hablar con DIOS e intimar con JESÚS, de forma que en nuestra relación y amistad con JESÚS, es decir, injertados en ÉL, llegamos al PADRE. Si no oramos no llegamos a JESÚS, y sin JESÚS no llegamos al PADRE. Porque para amar y actuar en el amor es necesario primero orar y conocer a JESÚS.
Es el trípode de nuestra roca y firmeza. La Piedad, relación con JESÚS en el camino hacia el PADRE; la formación, el conocimiento de su Palabra y experiencia del encuentro vivido en ÉL, con ÉL y por ÉL; y la acción, consecuencia de experimentar su amor que nos llena y nos hace rebosarlo desde nuestro corazón.
Quisiera, pues, rogarle que no dejen de rezar. No me vean como un impertinente, sino como un hermano que se sostiene en la oración de todos ustedes y de la propia. Quisiera, también compartir mis oraciones - reflexiones que cada día derramo en la página "Un rincón para orar cada día, y saber de sus opiniones y su eficacia.
Quisiera parar y sentarnos a hablar de nuestra vivencia diaria con JESÚS, de nuestro diálogo, de nuestra disciplina y rosarios. De nuestro compromiso cada sábado, de nuestra perseverancia y nuestro empeño. Quisiera sentir nuestro mutuo apoyo, nuestra unidad, nuestro propósito renovado y nuestra esperanza de, junto a nuestro Papa, obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y seglares, de modo especial, todos los blogueros que nos sentimos unidos en la misma fe, alentar nuestra esperanza en CRISTO JESÚS que nos une y nos convoca en el amor y para el amor.
Un fuerte abrazo para todos en XTO.JESÚS.
Un fuerte abrazo para todos en XTO.JESÚS.