6 de febrero de 2012

11 consejos al publicar Testimonios Personales en Blogs

Uno de los géneros literarios que más se ha diseminado en blogs es el de testimonios personales. El blog se ha convertido en una tribuna libre para autobiografías y relatos personales, ya que los autores se expresan sin las limitaciones y restricciones de los editores y políticas de los medios.

Esta libertad literaria puede ser aprovechada para darnos licencia para evangelizar. No obstante, también presenta retos y consideraciones que debemos tomar en cuenta para que nuestro testimonio sea más efectivo. Tan sólo consideremos el potencial que tiene un testimonio personal, trátese de un matrimonio, familia, problema político, accidente, conversión a la fe, historia de un adicto que se recuperó, una decisión vocacional, un enfermo, una decisión sobre el aborto, un deportista, etc. El testimonio personal le da un rostro humano a las situaciones y puede conducir hasta a decisiones políticas que afectan las vidas de otros. Por lo tanto, consideremos que antes que las propias circunstancias y problemas del autor cambien, el testimonio personal puede llegar a influir a sus lectores. La velocidad de la información tiene un impacto más inmediato que las decisiones que toma un gobierno.

¿Qué debemos hacer para asegurar que ese impacto sea efectivo en términos de la Nueva Evangelización?

1. Se humilde. No recurras al culto de la superación personal. Este culto no es compatible con el Cristianismo. No promuevas una imagen personal, no te auto-elogies, no promuevas argumentos de auto-estima. Confía en tu valor personal como hijo(a) de Dios.

2. Si mencionas datos biográficos, no escribas toda una novela. Escribe sólo datos biográficos que sean relevantes a la historia o al valor que deseas compartir. Por ejemplo:

Esta niña vietnamita sufrió una inundación en Bangkok, Thailandia. Escribió un testimonio sobre esta experiencia cuando estaba en la universidad en Estados Unidos: “Tanía 5 años cuando mis padres, mi hermano Nguyen, de 7 y yo sufrimos por esta inundación, en Diciembre de 1972. Mi padre trabajaba en el muelle. Gracias a su experiencia como mecánico naval, pudo construir una barca pequeña para escapar y llegamos a Bangkok…..”



Observemos que esta parte del relato sólo menciona la contribución de su padre en función de su experiencia como mecánico naval. No cuenta toda la trayectoria suya que no sea relevante al relato.

3. Respalda tu experiencia emocional con hechos. No te expreses en tu blog con un torbellino de emociones que tus lectores no van a poder descifrar. Pon tus emociones en orden. De ser posible, puedes hacer una tormenta de ideas y anotarlas en un papel, antes de hacer un balance sobre tus sentimientos, pero no reduzcas tu historia a emociones crudas. Es más, si sólo cuentas con emociones crudas que no pueden ser respaldadas por hechos, es decir, si tienes en tu mente un huracán de emociones que no puedes contener, mejor no las escribas en un blog.

4. Si eres activista promoviendo tu propia experiencia personal, con más razón debes ser escrupuloso(a) al relatar los hechos. En este caso, la tentación pudieran ser las tendencias o inclinaciones ideológicas. Trata de mantener tu testimonio íntegro y con un cuidadoso balance de los hechos, de tal manera que no proyecte orientaciones cuestionables.



5.  Puedes mencionar el grupo al que perteneces, indicar objetivos y logros, siempre y cuando tu pertenencia a ese grupo permita relacionarse con tu experiencia personal o situación espiritual. Por ejemplo, si eres activista pro-vida, no es le interesa a tus lectores que menciones que has sido ´girl scout’. No tiene nada de malo que seas ‘girl scout’, pero tu membresía a ese grupo no es relevante para comprender tu actuación como activista pro-vida, a menos que detalles una experiencia específica que te haya servido en ese grupo.

6. Define y ubica tu audiencia. Con quiénes deseas compartir este testimonio personal. Esto te permitirá definir el lenguaje que vas a usar, en función de la cultura, el rango de edad promedio de tu audiencia. También te permitirá decidir qué videos y fotografías vas a incluir.

7. ¿Qué te hace feliz? Vuelca pensamientos que te hagan feliz. No vuelques pensamientos negativos, resentimientos, odios, revanchas, ni vanidad.

8. Pesa el valor de tu testimonio. ¿Vale la pena publicarlo? ¿Cómo puedo saberlo? La regla fundamental es: Que este testimonio aporte un valor o ayuda a otros. Si se trata de ‘deshogarte’, con chismes o de argumentos que perjudican a otras personas, no lo publiques. Que el balance de este testimonio proyecte un beneficio para la Evangelización, para los lectores y para nosotros mismos. Si alguna de estas variables es negativas, si perjudica a otros, hay que reconsiderar y eliminar lo negativo.



9. Si el testimonio es sobre experiencias con discapacitados. Un hijito o hijita con síndrome de Down, por ejemplo, proyecte en el balance del testimonio el valor de su ser querido, que el balance no sea de víctima. Tú tampoco eres víctima por cuidarlo o brindarle amor. En la Evangelización, tenemos que defender el valor del ser humano. Procure que en las fotos, ese ser querido esté desarrollando una actividad que lo dignifique, como en el caso de esta niña con síndrome de Down tocando el piano.

10. Trata de incluir actitudes de otras personas afectadas por situaciones similares o de personas que afectan directamente tu situación, estableciendo paralelos, aunque no necesariamente comparaciones.

11. Incluye una breve conclusión o algo que indique cuáles son tus anhelos, dando razón de tu esperanza.

Que el Señor bendiga tus proyectos.

Yvette Camou